Este miércoles, en el Real Madrid-Celtic que se disputará en el Santiago Bernabéu correspondiente a la última jornada de la fase de la fase de grupos, la colegiada francesa Stéphanie Frappart escribirá una página más en su meteórica carrera en el mundo del arbitraje al más alto nivel.
A sus 39 años, Frappart se convertirá en la primera mujer en arbitrar un encuentro oficial en el Santiago Bernabéu. La designación de la UEFA para este encuentro solo supone un capítulo más en la exitosa trayectoria de la colegiada francesa, acostumbrada a quemar etapas a velocidad de vértigo en un mundo donde la presencia masculina es la norma y donde las mujeres, con ella como gran cabeza visible, empiezan a hacerse un hueco.
La primera vez que el nombre de Stéphanie Frappart empezó a traspasar las fronteras de su país fue en 2014, cuando se convirtió en la primera mujer en dirigir un partido de Ligue 1. Antes, proó fortuna como jugadora pero se pasó al arbitraje con 19 años. Como todas sus compañeras, empezó a foguearse en categorías femeninas, pero personalidad y acierto en la toma de decisiones rápidamente le valieron para subir de categoría y empezar a arbitrar partidos profesionales masculinos.
En poco tiempo, se convirtió en la gran referencia del arbitraje femenino, participando en 2019 en el Mundial Femenino de Fútbol. En la temporada 2018/2019 dio el gran salto al dirigir su primer encuentro de la Ligue 1, un Amiens-Estrasburgo de la 34ª jornada del campeonato doméstico francés.
Meses después, ya siendo árbitra FIFA, fue la primera mujer en ser designada para arbitrar la Supercopa de Europa de 2019 entre Liverpool y Chelsea que ganaron los reds por penaltis. Su discreta y por tanto gran actuación le valieron los elogios del gran público, cada vez más acostumbrada a verla en las grandes citas. En octubre de 2020 se estrenó en la Europa League y meses después dio el salto a la Champions pitando su primer partido, un Juventus-Dinamo de Kiev.
Su presencia en el fútbol masculino no le ha privado de ser referencia también en el arbitraje femenino. En 2019 dirigió la final del Mundial femenino entre Países Bajos y Estados Unidos y ha sido elegida por la IFHHS como la mejor colegiada del mundo dos veces seguidas, en 2019 y 2020. La temporada pasada dirigió el Clásico femenino de vuelta de los cuartos de final de la Women’s Champions.
En su currículum también consta que formó parte del equipo arbitral de la última Eurocopa como cuarta árbitra y árbitra reserva, ante sala del que será el último gran salto de su carrera: en apenas unas semanas se convertirá en la primera mujer en arbitrar un partido de un Mundial de Fútbol.