El sueño surgido en el teatro, con una victoria mágica en la primera jornada de esta Europa League, sigue vivo y la llama de la ilusión queda prendida. Como si una antorcha olímpica presidiera con fulgor Anoeta. Miles de almas entregadas, un día laboral por la tarde, que se dice fácil, hicieron posible que una derrota fuera de ensueño. Porque seguro que un cero a uno en contra, por mucho que fuera suficiente para cumplir el objetivo, no habría sido igual de celebrado por la plantilla en un estadio silencioso, más vacío, que el bullicioso festejo vivido en la espuela feliz de la liguilla.
Nunca una derrota fue tan dulce para la afición que anima en directo a su equipo. Conmovedora reacción de un público que volvió a hacer historia en el apartado social. Fue la segunda mejor entrada en la historia de Anoeta, gracias a los 36.744 espectadores que llenaron las gradas. Una gran asistencia que bate otros registros: es la mejor entrada de la temporada y la mejor entrada en el estadio en un partido europeo.
El ambiente fue el mismo de las grandes ocasiones. A la celebración del final, conjunta con la plantilla, que dio la ‘vuelta al ruedo’, le antecedieron secuencias propias de una noche de gala: espectacular y ambicioso tifo en la Grada Zabaleta, cánticos para impulsar al equipo del atolladero en los peores momentos, ruido contra Cristiano Ronaldo, música de viento al asedio del United y claro dominio sobre los 2.000 hinchas ingleses que abarrotaron la zona reservada para los visitantes. ‘Gu prest, road to Budapest’, fue el mensaje de Bultzada. En la elegante capital húngara es la final de la Europa League. El jugador número 12 está preparado para organizar el viaje en el teatro de los sueños donostiarra.