Este sábado 12 de noviembre se cumplen cinco años de uno de los momentazos de la historia reciente de MotoGP y que culminó con la cuarta corona mundial de MotoGP para Marc Márquez, convirtiéndose a sus entonces 24 años en el hexacampeón más joven de la historia. Decantar el título 2017 en su segundo ‘match-ball’ era poco más que un trámite ante el ducatista Andrea Dovizioso en la carrera que ponía el punto final en Cheste, pero más se recuerda aquel domingo por la acrobática salvada para evitar ir también al suelo como su rival.
Marc necesitaba ser como mínimo 11º para no tener que esperar a que Dovizioso no ganase la carrera para poder celebrar su nuevo título, el sexto de siempre y el cuarto MotoGP. El de Cervera acudió a Cheste concentrado en su cometido, fue muy rápido en los libres y en la qualy marcó la pole anunciando que su triunfo estaba encarrilado.
Lideró las tres primeras vueltas y en la cuarta dejó que fuera Zarco quien marcara el ritmo de carrera manteniéndose a dos-tres décimas, con Dani Pedrosa ejerciendo de guardaespaldas y precediendo al dúo Ducati Lorenzo-Dovizioso. A siete vueltas del final, Marc Márquez realizó una de las salvadas más increíbles de su carrera, llegó a final de la recta principal y frenó mucho más tarde de lo habitual perdiendo el tren delantero y arrastrándose casi 20 metros con la rodilla y el codo izquierdos a lo largo de la curva 1. Dio un pequeño empujón con el codo y la rodilla y consiguió levantar la moto para salirse a toda velocidad a la escapatoria de grava y sin perder la moto en ningún momento.
Luego la telemetría de su Honda desveló que frenó 30 metros más tarde que en giros anteriores, tomó la curva a 153 km/h, en tercera marcha, y al perder el tren delantero, la rueda delantera se deslizó durante más de 50 metros y la inclinación alcanzó los 64º.
Y así lo explicó Marc aquel domingo: “Al llegar a la curva ya vi venir que había entrado demasiado rápido, pero pensé ‘yo la freno, yo entro’. Apoyé la rodilla, solté el freno y entonces se me cerró la horquilla. Pensé ‘¡Adiós! Pero entonces, ‘¡pum!’ ¡Apoyé el codo! Hice palanca con el codo y la rodilla, y creo que con la ayuda de los aficionados (risas), se levantó”.
No estaba dependiendo su cuarto título mundial de MotoGP de ese posible cero porque Andrea Dovizioso, su gran rival, jamás estuvo en condiciones de liderar la carrera y su única opción pasaba por la victoria y esperar el error garrafal de Marc. Márquez se reintegró en quinta posición justo tras el italiano y apenas un giro después del gran susto del cerverino, primero Lorenzo que marcaba el paso de su compañero y luego el propio Dovizioso terminaron por el suelo acabando finalmente tercero tras Pedrosa y Zarco.La celebración del dado gigante, trucado y siempre cayendo boca arriba el seis, fue otro de los momentazos de la jornada.
Fue la manera más irreverente de certificar su cuarta corona de la categoría estrella que le colocaba tras los míticos Giacomo Agostini (8), Valentino Rossi (7) y Mick Doohan (5). Cinco años después tiene en su haber dos coronas MotoGP más y ya es el tercero del ránking de todos los tiempos. Lo siguientes es alcanzar las siete de Rossi.
“Podemos decir que este codo nos ha dado el campeonato. Por la intensidad y lo que nos ha dado, es Top-1 en el ranking de las salvadas”, inistió Marc, que sigue destacando, por el contexto en que se dio, que es la mejor ‘salvada’ de su trayectoria. Dos años después durante el test de Pirelli en Phillip Island llegó a 70,8º, según mostraron las imágenes de Dorna y que mantiene como récord.