Los problemas a domicilio se amortiguan en casa para los Golden State Warriors. Anoche, con Klay Thompson descansando, Jordan Poole se convirtió en el gran protagonista de la noche en el Chase Center y lideró con 36 puntos y 5 triples la paliza sobre los San Antonio Spurs por 132-95. A pesar del 0-7 lejos de su feudo, los vigentes campeones mantienen su fortaleza intacta en San Francisco, donde anoche registraron su sexto triunfo del curso.
La erupción del escolta y sexto hombre de la plantilla descargó por fin a Steph Curry (16-5-5), el único capaz hasta ahora de cargar con todo el peso del mal juego del equipo, uno de los peores en la NBA a nivel defensivo en lo que va de temporada.
“Jordan ha estado genial a nivel ofensivo”, le elogió Steve Kerr, que le sustituyó con 8 minutos por disputarse en el encuentro. La Poole Party hizo olvidar por una noche las dudas que despiertan los campeones y además permitió al entrenador repartir minutos entre sus jóvenes proyectos. Anthony Lamb, con 17 tantos en 24 minutos, y Jonathan Kuminga, con 15 en 25, fueron quienes más destacaron.
Aprovechando la baja de Thompson, Moses Moody recuperó su puesto en la rotación y espantó fantasmas con 11 tantos y 4 asistencias en 27 minutos de juego. Quien no jugó demasiado fue James Wiseman, que logró 2 tantos en 9 minutos y ahora pone rumbo a la G-League para mejorar sus perspectivas de desarrollo.
“Le he dicho que no es un castigo. Va allí para lanzar todo lo que quiera, para tocar balones y trabajar sus movimientos”, valoró Poole, que también pasó por el mismo proceso antes de consolidarse dentro de la plantilla.
Los Spurs, que tras la derrota presentan el mismo balance que los Warriors (6-8), estuvieron liderados por Keldon Johnson, autor de 15 puntos. Los pupilos de Gregg Popovich no tuvieron nada que hacer y ya al descanso perdían por 61-45.