Diego Rico, Asier Illarramendi y David Silva son, aparte de Sorloth, los otros tres jugadores de la Real cuyo contrato expira en 2023. Y de momento es difícil atisbar quién puede seguir vistiendo la camiseta txuri urdin la temporada que viene. Dentro de 39 días, el próximo 1 de enero, serán libres para negociar su futuro con otro equipo.
La pretensión de Rico e Illarramendi pasa, en principio, por continuar en la Real aunque el club no ha tomado una decisión sobre ninguno de los dos. Prefiere esperar a ver cuál es su rendimiento en los próximos meses para valorar si han de lanzarles o no una propuesta.
La de un buen lateral izquierdo es la eterna búsqueda en la Real, sobre todo tras la venta de Yuri al Paris Saint Germain por 13 millones. El fichaje de Rico a última hora del mercado de verano de 2022 fue una especie de solución de urgencia en vista de que Monreal no se recuperaba de su lesión y sólo con Aihen disponible. El rendimiento de Rico ha sido notablemente superior este curso, en el que incluso ha marcado un gol. El curso dirá si le alcanza para ganarse la ampliación de contrato en la Real.
Illarramendi no está gozando, de momento, de la continuidad que él esperaba en el primer año desde 2018 en el que le están respetando las lesiones. Por ahora, Imanol le utiliza con cuentagotas. No está descartada su renovación, con una sensible rebaja de su ficha. Juega a su favor su experiencia, valor no demasiado común en esta plantilla, y la ascendencia que tiene en sus compañeros.
El ‘problema’ de Illarra es el nivel de la competencia: Zubimendi y Guevara de ‘4’ y Brais y Merino como volantes. Además, el próximo jugador del Sanse en dar el salto al primer equipo tiene todas las trazas de ser Urko González de Zárate y en el puesto de pivote, en el que deslumbró, sin ir más lejos, en el último partido del Sanse.
Silva es caso aparte. Hará lo que él quiera, lo que le pida su cuerpo. No será fácil convencerle para que siga un año más.