Los estadios del Mundial de Qatar 2022 han sido la piedra angular de un proyecto faraónico que ha contado con los mejores arquitectos del mundo para reflejar el diseño vanguardista y aspectos de la cultura o la tradición del país.
Norman Foster, Zaha Hadid o Fenwick Iribarren son tan solo algunos de los nombres detrás de los ocho estadios de Qatar 2022, en los que el diseño se adapta a las necesidades de un Mundial que prioriza en accesibilidad, sostenibilidad y su legado tras el torneo.
Sin embargo, una queja constante tanto de la afición como de los jugadores, es el terrible frío que se siente en el interior de los recintos, mientras en el exterior se disfrutan temperaturas superiores a los 30 grados Celsius.
Y es que los estadios están equipados con un gran sistema de aire acondicionado, como comenta Luke Fox, miembro senior del equipo de Norman Foster, quien en una entrevista señaló el reto que tuvo la instalación de este equipamiento dentro del estadio Lusail.
“Tuvimos que trabajar en un sistema de refrigeración pasiva con una especie de fluido informático y un modelado dinámico para asegurarnos de que bajábamos la temperatura al nivel del campo para los jugadores y también para todos los aficionados. Ese fue un gran desafío. La refrigeración se lleva a cabo a través de unos niveles inferiores debajo de los asientos”, comentó.
No obstante, los cambios de temperatura han afectado a los aficionados y a los jugadores, quienes entrenan a 30 grados y luego se enfrentan al frío de los estadios, que puede llegar a los 15 grados.
Los seleccionados españoles Álvaro Morata y Dani Carvajal ya se enfrentaron a resfriados. Morata fue el primero en sufrir un resfriado el domingo pasado, que le impidió completar el entrenamiento que inició con el grupo al sentir malestar general. Y el lunes de esta semana fue Carvajal quien no pudo saltar al campo de entrenamiento junto al resto de sus compañeros y guardó reposo en su habitación antes de acudir a un acto publicitario de la Federación.
Saud Abdulaziz Abdul Ghani, quien fue el ingeniero que participó en la refrigeración de los estadios, explicó al diario español AS que hay sensores repartidos por todos los estadios, por lo que cada zona es diferente.
“El aire recircula a través de las máquinas que van soltando el aire limpio, filtrado. Nuestra obsesión no es enfriar el aire, es limpiarlo. Lo más importante es mantener fuera y bloqueado el aire caliente, lleno de polvo, y dentro el más limpio posible”, aseguró el pasado julio, lo que contrasta con las quejas recibidas desde que comenzó el mundial.
(Con información de EFE y Aristegui Noticias)
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