Cuando se limita a hacer lo que le da la gana en la pista, Kyrie Irving domina y demuele todo a su antojo. Apagado en la primera parte (3 puntos y un 1/5 en lanzamientos) entró en ebullición en la segunda con 26 puntos (19 en el tercer parcial) con un soberbio 10/11 en tiros de campo para dejar en cenizas la remontada de los Raptors, con un autoritario 112-98 al final tras el 52-51 del descanso después de llegar a perder 23-36 en el primer parcial.
Por fin todos, todos saludables, todos centrados al 100% en el juego -de momento-, y todos inspirados, se va confirmando el ‘Big Three’ de los Brooklyn Nets, tercer partido consecutivo esta temporada que los tres alcanzan a la vez los dobles dígitos. Al frente de ellos, el fenomenal e imprevisible Kyrie Irving (un 11/16 en tiros de campo), seguido de Ben Simmons (14 y 7/ en TC) y Kevin Durant (12 y 5/10 en lanzamientos), encantado de cederle el protagonismo anotador a sus compañeros.
Eligieron bien para continuar los tres de la mano, la inaccesible del equipo canadiense, cuyo último y único verdugo en el Scotiabank Arena había sido el del martes de los Nets, Philadelphia 76ers. Unos Raptors, a decir verdad, ‘despersonalizados’, asolados por las lesiones y los virus, sin su tridente, sin Pascal Siakam, sin Fred VanVleet, sin Scottie Barnes y unos cuantos más. Tras caer contra unos Sixers sin Harden, Embiid ni Maxey, perder estaba poco menos que ‘prohibido’ en Brooklyn contra otro rival tan limitado sin sus estrellas.
Entre los que quedan sanos en Toronto, Juancho Hernangómez sigue a lo suyo, aprovechando bien el tiempo para seguir teniéndolo cuando estén todos disponibles, apuntándose su primer doble-doble de la temporada con 10 puntos (4/9 en lanzamientos) y 10 rebotes más 3 robos en casi 33 minutos, repitiendo más-menos positivo (+5), lo que no lograron los titulares, entre ellos los dos máximos anotadores de la contienda, Gary Trent Jr. (19 tantos pero un 6/19 en TC) y O.G. Anunoby, pocos puntos para lo que suele (15) y muchos fallos (7/20 en tiros).
Era una tarde-noche distinta en Toronto, de empalmada, la segunda vez que sonaba el himno de Canadá, cantado a pleno pulmón en los pubs de Dowtown, en pleno corazón de la ciudad. De ‘descubrir’ la pasión por el Mundial de fútbol, ‘soccer’ en el argot americano, a retomar la maravillosa rutina de la NBA, deslumbrados todos por la interesante puesta en escena de la selección canadiense pese al resultado final contra Bélgica y el penalti fallado por Alphonso Davies (1-0). Desbordados por la felicidad de la novedad, la primera vez para muchos viendo a Canadá en un una Copa del Mundo en la que no participaba desde hacia 36 años. Masculina claro, porque las chicas, vigentes campeonas olímpicas y ocho participaciones mundialistas, son una referencia absoluta.
El acontecimiento tenía tanta trascendencia que en la previa del Raptors-Nets, a pesar de que venía quien venía, los Nets, Ben Simmons, Kevin Durant y un Kyrie Irving que comparecía por primera vez en Toronto desde 2019 entre pandemia e impedimentos por jugar por el asunto de la vacuna, el fútbol, tan relativamente insignificante en Canadá, presidía las conversaciones de los corrillos del Scotiabank Arena en la previa del partido. “Tuvimos buenas oportunidades”, empezaba diciendo el entrenador de los Raptors, Nick Nurse, en la comparecencia previa al encuentro. ‘Amazing’.
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Y asombroso también resulta la en principio consolidada metamorfosis de Simmons. En lo que Kyrie Irving ha tardado en volver con su proceso de ‘reeducación’, el australiano se ha corregido para convertir las quejas en elogios. Lo que pasa con los ‘chicos malos’ de la clase, que a veces hay que separarles para que redirigir su conducta. Evocando los símiles con el fútbol por una vez que está tan de moda en Canadá, el ‘aussie’ vuelve a ser literalmente el dorsal que porta, el ‘10’ que anota poco pero reparte y asiste mucho, dando sentido a todo con últimos pases (6 asistencias y sólo una pérdida).
Cuando no estuvo él, los Nets anduvieron perdidos en la pista, hasta el punto de que los Raptors, mermados como estaban, se marcharon al descanso arriba (52-51) tras llegar a ir 13 abajo hacia finales del primer cuarto (23-36). Coincidencias o ironías, en la pausa fueron homenajeados los Toronto Argonauts, campeones de la Grey Cup 21-22, la liga nacional del deporte que sí llaman ‘fútbol’ tanto en Canadá como en Estados Unidos, el americano. Quizá el mayor ‘logro’ del Mundial de 2026, que Canadá y Estados Unidos acogen junto a México, es que en América del Norte el balompié dejé el ‘mote’ del ‘soccer’, extraño y según como ‘ofensivo’ para los futboleros de corazón.
Con Ben Simmons, la práctica acreditó una vez más la teoría cuando los Nets dominaron, lo que sucedió gran parte de un encuentro al que le sobró el último parcial (76-91 al final del tercer cuarto): el defecto de Simmons, la falta de tiro, es una valiosa virtud al lado de Durant e Irving, capaces de jugar más al margen del balón y de asumir como ejecutores todo lo que no finaliza el australiano.
A su lado, crecen también dos de los presentes en el señalado quinteto titular de Kevin Durant en su polémica entrevista con Chris Haynes: Royce O’Neale (15 puntos, todo triple con un 5/8) y Nic Claxton, imponente en las inmediaciones del aro con 14 tantos (6/7 en TC) y 12 capturas, además de 4 tapones. O’Neale y Morris, 9 puntos de 3 triples, llenaron el vacío del mejor tirador actual de la NBA, Yuta Watanabe, ausente por lesión.
Todo ello hace feliz a Durant, que, con sólo 12 puntos, no cuajó su peor partido de la temporada pese a quedarse en su anotación más baja del curso sino que se vio descargado de responsabilidad. Según el más-menos, fue el mejor del choque y de los Nets (+30, su tercer mejor parcial este curso). Se vio agobiado por momentos con los 2×1 de los Raptors, que también lo aplicaban con ‘trap’ en la defensa del bloqueo directo. Hasta cinco pérdidas como consecuencia de ello pero también 3 tapones, muy aplicado en defensa para neutralizar a O.G. Anunoby.
“¿Los 3 putnos en la primera parte de Irving? Quería reservarle”
Los Raptors centralizaron parte de su juego en el poderoso uno contra uno de Anunoby, menos eficaz esta vez con los mejores manejadores, generadores y tiradores del equipo de Nick Nurse en la enfermería que abrieran espacios. Repleto Toronto de jugadores atléticos y con tamaño, el truco consistía en atacar a Kyire Irving en el uno contra uno, pero los Nets, supieron cuándo y cómo mandarle una ayuda al base. La espantosa serie de los Raptors anoche desde el perímetro (un 24% con 7/29) también invitaban a ello.
Tan abucheado como ausente en el primer tiempo -apenas 3 puntos en 11 minutos con 1/5 en lanzamientos-, Kyrie se ‘calentó’, su muñeca también y, con esa ráfaga de impulsos en la que nadie le tose, entró en erupción: 19 puntos en el tercer cuarto y 26 en la segunda parte para mandar a los Raptors a la lona. “Quería reservarle en la primera parte, tiene un talento que le ha sido dado, puede anotar en cualquier cancha”, explicaba el técnico de los Nets, Jacque Vaughn, tras el encuentro.
Y Kyrie, tan feliz de su actuación de hablar de cómo está progresando Simmons y generoso en sus respuestas a los periodistas. Tan diferencial y salvaje en la ‘pista’, tan comedido y afable fuera de ella, más allá del protocolario “gracias” para despedirse de los medios. “Yo no lo celebro, pero feliz Día de Acción de Gracias a todos”, deseaba a los medios el base, musulmán pero respetuoso con la festividad cristiana de Estados Unidos que detendrá la NBA este jueves, haciendo gala del respeto a todas las religiones al que se refirió en su última controversia Kyrie, impecable esta vez su conducta como jugador y como persona. Cuando lo hace bien también hay que reconocérselo: así, sí, Kyrie.