La famosa columnista Elizabeth Jean Carroll, que acusó hace tres años a Donald Trump de una supuesta violación sufrida en la década de 1990, ha presentado este jueves en Nueva York una nueva demanda contra el expresidente, aprovechando la entrada en vigor una nueva ley estatal, la Ley de Supervivientes Adultos, que permite a las víctimas de violencia sexual demandar por ataques ocurridos hace décadas.
E. Jean Carroll ha anunciado la presentación de la demanda en su cuenta de Twitter: “Queridos amigos, esta noche, unos minutos después de la medianoche, hemos presentado la demanda por violación contra el expresidente”, ha dicho. “Esta demanda no es solo para mí, es para todas las mujeres que han sido manoseadas, agarradas, mutiladas, agredidas, degradadas y arrastradas por el barro por un hombre poderoso”, ha añadido.
En una demanda civil, la escritora reclama una indemnización sin cuantificar por daños y perjuicios compensatorios y punitivos por dolor y sufrimiento, daños psicológicos, pérdida de dignidad y daños a la reputación. Carroll contó en su libro ¿Para qué necesitamos a los hombres? Una humilde propuesta que Trump la había violado en los probadores de unos grandes almacenes de lujo de Manhattan en 1995 o 1996. Por entonces, Carroll presentaba el programa televisivo Pregúntele a E. Jean, inspirado en su famosa columna de la revista Elle, un exitoso consultorio sexual y sentimental.
Trump, que era presidente cuando se publicó el libro, respondió a las acusaciones diciendo que nunca podría haber ocurrido porque Carroll “no era su tipo”. Sus comentarios llevaron a Carroll a presentar una demanda por difamación contra él, pero esa demanda se enredó en los tribunales de apelación en una disputa legal sobre si Trump estaba protegido de las reclamaciones legales por los comentarios realizados mientras era presidente. Carroll no había podido demandar directamente por la violación al expresidente por los años transcurridos desde los hechos.
En su libro, Carroll contó que se encontró casualmente con Trump en los grandes almacenes Bergdorf Goodman de Nueva York y él le pidió ayuda para buscar un regalo para una mujer. La columnista aseguró que Trump la llevó primero a la sección de bolsos, luego a la de sombreros y finalmente a la de lencería. Según su relato, Trump agarró un body de color lila grisáceo, le pidió a ella que se lo probase y la acompañó. “En el momento en que la puerta del probador está cerrada, se abalanza sobre mí, me empuja contra la pared, golpeando mi cabeza bastante fuerte, y pone su boca contra mis labios. Estoy tan estupefacta que le empujo de vuelta y me empiezo a reír. Él me agarra los dos brazos, me sujeta contra la pared con sus hombros, mete a la fuerza sus manos bajo mi vestido y me baja las medias. Estoy asombrada por lo que voy a escribir: yo sigo riéndome. Al momento siguiente (…) se baja la bragueta y, forzando sus dedos por mi parte privada, empuja su pene dentro de mí hasta la mitad, o completamente, no estoy segura”. Tras una lucha entre ambos, logró escapar y salir corriendo
Carroll ya reconoció al publicar el libro que no denunció lo ocurrido a la policía y que no tiene pruebas. Sí se lo contó, según explicó entonces, a dos amigas, que confirmaron su versión. La primera amiga, periodista, le rogó que acudiera a la policía y se ofreció a acompañarla. La segunda, también periodista, le recomendó que no se lo dijera a nadie. “¡Olvídalo! Tiene 200 abogados. Te enterrará”, le dijo.
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Trump negó los hechos cuando el libro se publicó y ha vuelto a negarlos hace unas semanas al reavivarse el caso, diciendo que las acusaciones son “un engaño y una mentira”.
“No conozco a esta mujer, no tengo ni idea de quién es, más allá de que parece que consiguió una foto mía hace muchos años, con su marido, dándome la mano en una cola de recepción en un acto benéfico de famosos”, dijo Trump hace unas semanas en un comunicado remitido a la agencia AP.
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