Las conversaciones entre la Liga Femenina y los sindicatos, por las necesarias mejoras en el convenio colectivo, han llegado a un punto muerto por la negativa de la Liga de incrementar el salario mínimo de las jugadoras. En estos momentos claves para alcanzar un acuerdo, tanto los sindicatos como las jugadoras se sienten “indignados” y realmente preocupados por el curso de las negociaciones. No obstante, desde la Liga entienden que las negociaciones están siguiendo su curso con normalidad y no ven motivo de preocupación, tal como ha podido saber Mundo Deportivo.
Cabe recordar que el salario mínimo establecido en el convenio colectivo, aprobado en febrero de 2020, es de 16.000 euros anuales, una cifra que se prometió revisar para adaptarla a la nueva realidad del fútbol femenino, cuyos ingresos y beneficios han aumentado de forma muy notable.
Así, tal como anunció la propia Liga F, se contemplan unos ingresos de 35 millones de euros en cinco años por derechos de televisión, así como un montante de 42 millones también en cinco años por activos comerciales (vallas publicitarias, naming…), de los cuales hay una cantidad fija que va a parar a los clubs de 1 millón de euros, es decir, 200 mil euros al año durante cinco años.
Si las futbolistas son las auténticas protagonistas de la Liga, no se considera de recibo que cuenten con un salario mínimo tan bajo cuando se están disparando los ingresos de forma tan notable. Incrementar dicho salario se considera un tema prioritario para las jugadoras de nuestro país.