2-1: La Real acaricia la gesta hasta el 89' ante el Barça

Fue una victoria de cero puntos. Una gesta sin premio, un partidazo para recordar y un impulso para lo que resta de temporada. Perdió la Real ante el que siempre gana, el Barcelona,  por un gol en fuera de juego y otro en el 89′ en el partido disputado y competido en el Johan Cruyff. Bravo por las de Natalia Arroyo, que obligaron al mejor equipo del mundo a utilizar todos sus recursos, dar su mejor versión y pedir la hora en el descuento. Merecieron las txuri urdin, que se adelantaron en el marcador, por lo menos el punto federativo, pero parece que no se puede puntuar ante este Barça que suma 41 triunfos en 41 partidos entre esta temporada y la anterior. 

Arroyo había declarado la víspera que el Barça tenía todas las fórmulas para machacar, que lo hacía ante un planteamiento valiente y también frente a otro temeroso, practicante de la táctica del murciélago, todas colgadas del larguero. La Real tiró por la vía épica, la atrevida, la de morir de pie y no jugar arrodilladas y estuvo apenas a unos segundos de rascar un punto que casi valdría tanto como su título de la Copa de la Reina o su participación en la Champions. Sombrerazo para Natalia, para Cecilia, para Vanegas, para Andreia, Le Guily…para toda la Real. Sólo había que ver cómo celebraron las excelentes jugadoras del Barça, que ganan todos los partidos, el triunfo ante los guipuzcoanas para colegir lo que le habían hecho sufrir.

El paseo que no fue

Los primeros minutos de encuentro fueron mentirosos porque anunciaban el habitual paseo militar del Barça, el tsunami de ocasiones y goles culés y catálogo de frustraciones del rival, pero nada más lejos de la realidad. La Real se mantuvo en pie tras las primeras ocasiones claras del líder,  frustradas a veces por una colosal Vanegas y otras  por una inspirada Nanclares, y se fue viniendo arriba con un planteamiento audaz y valiente y una agresividad que sorprendieron a unas barcelonistas preparadas para practicar la tortura habitual en todos los partidos. 

Las txuri urdin se fueron fortaleciendo mentalmente al comprobar su su presión adelantada y feroz provocaba las pérdidas en la salida del líder y que se sucedían sus primeras oportunidades, todavía con 0-0. La primera fue de Jensen, pero se equivocó en la definición ante Paños. Tejada y Jensen también soñaron con inaugurar el marcador, pero tras otro arrebato local, fue Franssi la que estuvo más cerca. Se fue sola desde el centro del campo camino a la portería catalana, pero le temblaron las piernas y le fallaron las fuerzas  en el mano a mano con Paños, que estuvo soberbia. 

Gol de Le Guily y 0-1 al descanso

Fue el anuncio de la campanada. La Real, con una Andreia descomunal en la zona ancha, seguía robando en campo enemigo y así cabalgó Jensen, se apoyó en Gaby, que abrió hacia Le Guily. Y la francesa, con un chut cruzado, comenzó a escribir una página hermosa en la historia del equipo femenino, que al final terminó en decepción, pero que fue bella. Por primera vez en la temporada, el todopoderoso Barça se ponía por detrás en el marcador. Las culés, de pura frustración, pedían un fuera de juego inverosímil.

El técnico del Barça realizó un cuádruple cambio al descanso para virar el destino, pero la Real seguía firme, ya defendiendo más atrás, pero sin apenas pasar apuros. 

En todo caso, en una jugada aislada, marcó Marta Torrejón, tras un barullo en el área y un envío de Geyse en semifallo. Tenían su porqué las quejas de Amaiur: la goleadora estaba adelantada. La imagen es delatora. Con VAR, ese tanto no habría subido al marcador.

Pero fueron tales el mérito, el amor propio y la confianza de la Real, que, en lugar de replegarse de nuevo para sujetar un punto que era un tesoro, se fue al ataque a por el segundo, a reivindicar un triunfo que les habían arrebatado con dudosas artes. Y las txuri urdin rubricaron sus mejores minutos del encuentro y quizá de la temporada. Estuvieron a punto de anotar Gaby, Andreia, Vanegas y  Uria –Geyse salvó en la línea su vaselina-, pero la que marcó fue Lucy Bronce, a la salida de un córner al segundo palo en el que falló Adriana Nanclares, que antes había salvado a su equipo. 

La hazaña no se completó, pero qué bonito fue el sueño mientras duró.