¿Puede existir un remolino gigante en medio del mar?

Seguro que has escuchado alguna vez la palabra Maelstrom. Si eres lector de cómics, es posible que lo hayas leído en las historias de Marvel. Tal vez hasta te acuerdas de una entrega de los ‘Piratas del Caribe’ en la que reproducen esta mortífera tormenta. Pero, ¿es real? Es decir, ¿debemos preocuparnos por este fenómeno?

Al parecer, pese a que la palabra en sí hace referencia a leyendas nórdicas, sí que es posible que exista. Si nos marchamos 500 años al pasado, podemos leer la Carta marina de Olaus Magnus que hace referencia a un gran remolino ubicado en las costas norte de Europa. Supuestamente, era tan poderoso que engullía cualquier embarcación que pasaba por ahí.

Además, el fenómeno se cita en otras fuentes medievales más bien poéticas. De hecho, la leyenda hace referencia a una corriente que se sitúa entre las islas Lofoten de Noruega y el golfo de Corryyreckan en Escocia.

Es más, su leyenda es tal, que incluso el genio de la ficción Edgar Allan Poe hace referencia en Un descenso al Maelstrom en una de sus obras y que, supuestamente, estaría ubicado en el estrecho de Moskstraumen.

¿Es real el Maelstrom?

Parece que tenemos suficientes fuentes y citas para saber si de verdad es real este fenómeno. Y parece ser que, aunque algo magnificado, estos escritos podrían tener razón. Según se ha confirmado, la referencia más real podría ser una convergencia de fuertes corrientes que tendrían efectos muy llamativos en canales y estuarios.

Si miramos lo que tenemos en nuestro mundo, podríamos considerar Salstraumen como el mayor Maelstrom de todos, capaz de generar 400 millones de metros cúbicos de agua a 40 kilómetros por hora pasando por un canal de 150 metros cada 6 horas cerca de la ciudad de Bodo, en Noruega.

Otros estudios afirman que realmente se podría ubicar cerca de las islas Lofoten. Pero no incluyen movimiento de traslación de agua, sino una corriente giratoria provocada por las mareas que provocan contracorrientes y corrientes en unos 18 kilómetros de extensión entre Sorland y Vaeroy.

Aunque realmente es un elemento imaginario, parece obvio que, como tantas leyendas que han llegado a nuestros días, tiene una base de realidad importante, como si hablásemos de las plagas de Egipto o el Diluvio Universal. Todos tienen base científica y pueden ser explicables. No obstante, la tradición oral y la necesidad de fe de la humanidad nos ha llevado a dar un tono épico a ideas como la del Maelstrom y otros fenómenos para los que antaño no había explicación plausible que no pasase por las manos de omnipotentes deidades.


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