El 1×1 de Croacia ante Brasil

Después de parar tres penas máximas en la tanda ante Japón, volvió a ser clave. No dio ninguna segunda opción innecesaria y se hizo enorme tras el paso por vestuarios, negándole el gol a su compañero Gvardiol, en un remate contra su propia portería, a Neymar, por partida doble, y a Paquetá. No contento con eso, le paró el primer penalti a Rodrygo.

Debió pensar: “Aprovecho que juego contra Brasil para emular al mejor Cafú”. Con Pasalic cayendo al medio, se internó una y otra vez por la banda derecha. Fue de más a menos.

Volvía a la titularidad tras perderse el partido de octavos de final por un virus. Sufrió más con Antony que con Raphinha y no alcanzó a tapar a Neymar en el 0-1.

Dalic le mantuvo durante los 120′ en el campo a pesar cargarse con una amarilla a la media hora de juego. Su esfuerzo físico –es el jugador que más kilómetros ha recorrido en el Mundial- le da alas a Modric. La tuvo en la prórroga.

El nivel que está demostrando el veterano central del Zenit en Qatar recuerda al de sus mejores días en el Liverpool. Firme atrás, incluso se atrevió a salir de la cueva con alguna conducción en largo.

El ejemplo perfecto de central moderno. Fino en la salida de balón, seguro en tareas defensivas y una máquina de ganar duelos. El Leipzig se hará de oro con su venta.

Dominar, a sus 37 años de edad, unos cuartos de final de un Mundial como lo hizo él ante Brasil está solo al alcance de unos pocos elegidos. Además, marcó su penalti engañando a Alisson. Debería ser eterno.

Uno de los grandes infravalorados del fútbol europeo. Asfixió, junto a Brozovic, al centro del campo brasileño y desbarató, con sus conducciones, cada intento de presión rival.

Muy desconectado del juego, ejerció como boya hasta que fue sustituido.

Héroe ante Japón al anotar el último penalti de la tanda, fue la principal novedad en el once de Dalic. Se desfondó en ayudas defensivas.

De largo, el mejor de los atacantes croatas. Encaró a Militao cada vez que recibió, ya fuera para buscar el centro o el remate. Le cantó las cuarenta a Antony después de que éste intentara tirarle un túnel.

Se escoró en banda izquierda con el objetivo de nutrir de balones a Petkovic, Budimir y compañía. No falló desde los once metros.

Estuvo a punto de forzar la segunda amarilla de Danilo. Lanzó y convirtió el primer penalti de la tanda.

Dejó una maravilla en la prórroga, eludiendo a dos rivales, que por poco no terminó en gol de Brozovic e hizo el empate en el primer remate entre los tres palos de Croacia.

Dalic recurrió al osasunista tras el gol de Neymar.

Salió en el 114′, asistió a Petkovic en el 117′ y clavó su lanzamiento. Mejor, imposible.