Solo el 45% de los países del mundo lograrán sus objetivos para cubrir el acceso a agua potable para 2030, mientras que solo 25% cumplirán sus metas para garantizar el saneamiento a sus pobladores, reveló la Organización Mundial de la Salud (OMS).
De acuerdo con el informe Análisis y Evaluación Global de Saneamiento y Agua Potable, publicado este miércoles, encontró que, a pesar del aumento en el financiamiento de para lograr dicho Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS), más del 75% de los 120 países analizados reportó fondos insuficientes para implementar sus planes y estrategias para garantizar este derecho humano.
Esto frente a las 25 naciones que aumentaron sus presupuestos gubernamentales a una tasa anual promedio en 5%.
Según los datos del documento, en suma, 71 países etiquetaron $31 mil millones de dólares para este fin, con un promedio anual de $12 dólares per capita. El presupuesto en México fue de $611 millones de dólares. Esta cifra equivale a $5 dólares per capita.
Por lo tanto, los hogares son la mayor fuente de financiación: 61% del gasto proviene de ellos a través de autoabastecimiento y tarifas impuestas por el Estado. Sin embargo, menos de la mitad de las naciones indicaron que estas últimas son suficientes para recuperar al menos el 80% de sus costos de operación y mantenimiento.
Las deficiencias se muestran en distintos ámbitos. Por ejemplo, la mayoría de las naciones cuentan con políticas sobre el tema en los establecimientos de salud, pero solo 3% tienen suficientes recursos financieros y humanos para implementarlas.
Asimismo, menos de un tercio de los países cuentan con los recursos humanos suficientes para llevar a cabo funciones claves de agua potable, saneamiento e higiene.
Más del 80% de las naciones informaron tener una oferta insuficiente de profesionales capacitados que se gradúan anualmente de instituciones educativas que pueden satisfacer estas necesidades en los lugares. Sin embargo, los trabajadores que no quieren vivir o trabajar en áreas rurales o con recursos financieros insuficientes.
Además, la ayuda para agua y saneamiento disminuyó un 5.6% entre 2017 y 2020, y cambió la orientación geográfica de la misma. Mientras que en África subsahariana, la proporción se redujo del 32% al 23 %, mientras que en Asia central y meridional aumentó del 12% al 20%, y en Asia oriental y sudoriental incrementó del 11% al 20%.
La OMS recalcó que también faltan medidas para llegar a poblaciones y entornos vulnerables, incluyendo a las mujeres. De acuerdo con el organismo de las Naciones Unidas, se necesita una mayor inclusión, apoyo financiero y monitoreo para garantizar que ellas sean consideradas en la toma de decisiones y los servicios.
El género está conectado con el tema, tanto desde la salud, hasta la participación local y el trabajo que ejerce este sector. Por ejemplo, menos de dos tercios de los países mencionan la salud e higiene menstrual en sus políticas y planes.
Además, en casi una cuarta parte, las mujeres ocupan menos del 10% de los puestos gubernamentales y en menos de un tercio tienen una alta participación de este sector en la planificación y gestión del agua potable en las zonas rurales. “Esto significa que las voces de las mujeres no son escuchadas”, recalcó el documento.
A esto se añade que la mayoría de las políticas sobre el tema no abordan los riesgos que representa el cambio climático para estos servicios. Por lo tanto, no incluyen planes de resiliencia para las tecnologías y los sistemas de gestión.
En contraste, la creciente frecuencia e intensidad de los fenómenos meteorológicos extremos provocados por la situación del medio ambiente siguen obstaculizando la prestación de estos servicios, afectando así la salud de los usuarios, apuntó la OMS.
Las cifras contabilizaron que poco más de dos tercios cuentan con medidas para llegar a las poblaciones afectadas de manera desproporcionada por la crisis ambiental. Sin embargo, solo alrededor de un tercio monitorea el progreso o asigna financiamiento explícito a las mismas.
Por su parte, las autoridades reguladoras a menudo no cumplen plenamente sus funciones, como recopilar datos y publicar reportes, recomendando una planificación y acciones. Además, los datos no se utilizan lo suficiente en la toma de decisiones: solo dos tercios de las naciones lo hacen.
Ante estos resultados, el Director General de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, advirtió que el mundo se enfrenta a una “crisis urgente” e hizo un llamado a los gobiernos a fortalecer sus sistemas y aumentar la inversión.
“El acceso deficiente al agua potable, el saneamiento y la higiene se cobran millones de vidas cada año, mientras que la frecuencia e intensidad crecientes de los fenómenos meteorológicos extremos relacionados con el clima siguen obstaculizando la prestación de servicios”, recalcó.
A su vez, Gilbert F. Houngbo, presidente de ONU-Agua y director general de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), reiteró que las naciones están lejos de lograr este ODS para 2030.
“Esto deja a miles de millones de personas peligrosamente expuestas a enfermedades infecciosas, especialmente después de los desastres, incluidos los eventos relacionados con el clima”, subrayó.
Frente a esto, la OMS advirtió que es necesaria garantizar agua, saneamiento e higiene seguros y sostenibles para “prevenir impactos devastadores en la salud de millones de personas”. Por lo tanto, instó a los gobiernos a aumentar los servicios, financiamiento, monitoreo y regulación de este derecho humano.
Del 22 al 24 de marzo del próximo año se llevará a cabo en Nueva York la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Agua de 2023, en el que líderes mundiales revisarán el progreso y adoptarán compromisos sobre agua y saneamiento.
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