La temporada de Anthony Davis tiene pinta de que, o se ha acabado o, cuanto menos, que tardará mucho en reaparecer. Lesionado en el pie derecho hace una semana tras un choque contra Nikola Jokic en el Lakers – Nuggets, los de púrpura y oro, mucho más optimistas de lo que podían ser parece, preveían que el pívot reapareciera en enero. Sin embargo, según acaba de desvelar el especialista Shams Charania, lo que sufre Davis es una lesión por estrés y será baja indefinida.
La inconcreción del diagnóstico de la nueva dolencia del ‘center’, descrita como una simple ‘lesión de pie’, hacía presagiar lo peor y los Lakers ven cómo se repite la música de la temporada pasada, en la que la ‘Ceja’ sólo fue capaz de jugar 40 partidos.
Davis había hecho especial hincapié este verano en el gimnasio para que las lesiones le dejaran en paz y parecía, que a pesar de alguna que otra ausencia, el objetivo de jugar gran parte de la campaña regular estaba bien encaminado. Incluso el pívot insistía en lo que bien se sentía físicamente tras un verano de duro trabajo después de endosarle 55 puntos a los Wizards además de coger 17 rebotes, una actuación con la que incluso se ganó el derecho de entrar en la conversación en el MVP en uno de los que estaba siendo uno de los cursos de su vida, 27,4 tantos, 12 rebotes, 3,6 asistencias, 2 tapones y un fantástico 59% en tiros de campo.
Pese a todo, lo de Anthony Davis no ha sido más que una era y efímera ilusión para, aunque él no lo haya querido, dejar abandonados a los Lakers a su suerte. El impresionante estado de forma del pívot era uno de los pocos argumentos a los que se aferraban los de Darvin Ham para pensar en los play-offs.