Se ha ido Txetxu Rojo a los 75 años. Demasiado pronto y tras luchar contra el Alzheimer desde ya hace un tiempo. Controvertido, polémico, directo, sincero, el bilbaíno no dejaba indiferente a nadie. Ya se han encargado los periodistas que habitualmente cubren la información del Athletic Club de recordar sus hazañas como futbolista, así que toca repasar también lo que logró o estuvo a punto de lograr lejos de San Mamés.
Rojo es una leyenda de los ‘leones’ y su nombre siempre quedará ligado al club de sus amores. Cuentan los que le vieron cabalgar por la banda izquierda que pocos jugadores tenían su talento. Pero ‘Polvorilla’, como le apodaban, no sólo fue Athletic, especialmente como entrenador. Pasó por varios equipos, entre ellos el de su casa, aunque sobre todo destacó en dos: el Celta de Vigo y el Real Zaragoza. Al equipo gallego lo ascendió a Primera División y llegó a meterlo en la final de Copa del Rey de 1994, donde curiosamente cayó en la tanda de penaltis contra uno de sus futuros destinos, un Real Zaragoza dirigido por Víctor Fernández que estuvo muy certero desde los once metros aquella noche del Vicente Calderón. Santiago Cañizares, portero celeste en aquellos tiempos, no pudo atajar una sola pena máxima.
Al Zaragoza lo entrenó en dos etapas, pero se le recuerda principalmente por la temporada 1999-2000, donde estuvo cerca de conseguir lo que nunca antes ni después logró entrenador alguno en el club maño: ser campeón de Liga. El cuadro de Txetxu tuvo opciones hasta la última jornada. La comenzó como tercer clasificado y necesitaba ganar en Valencia, que el Barça no lo hiciera ante el Celta y el Deportivo perdiera ante el Espanyol. Pero los coruñeses no fallaron y pese a que Savo Milosevic adelantó a los maños en Mestalla, el Valencia acabó remontando (2-1) y relegando al Zaragoza a la cuarta plaza, en un partido con lío arbitral de Medina Cantalejo, expulsión del propio Rojo y trifulca en el túnel de vestuarios.
El cuarto puesto era, en teoría, plaza de Champions League, pero el triunfo del Real Madrid (quinto clasificado) en la final de la Copa de Europa unos días después ante el Valencia (3-0) le birló al Zaragoza ese derecho que se había ganado en el césped. Fue una cacicada consentida por la RFEF, algo que quedó demostrado años después cuando en una situación similar en Inglaterra entre Everton y Liverpool, ambos fueron admitidos en la máxima competición europea.
Aquel año es recordado también por el asalto protagonizado por el conjunto maño al Santiago Bernabéu. El 4 de diciembre de 1999, el Real Zaragoza barría a los blancos en su propio estadio (1-5), con dos ‘dianas’ de Milosevic, otras dos de Juanele y una de Ander Garitano, que hicieron inútil la de Raúl González para un Real Madrid dirigido por Vicente del Bosque.
Pese a todo ello, también se vivieron con Txetxu Rojo etapas difíciles. El carácter del técnico chocó con parte de la prensa aragonesa y su estilo de juego no acabó de enganchar a la exigente afición de La Romareda, acostumbrada por entonces a un fútbol de ataque y no al resultadismo que a veces aplicaba el bilbaíno. Memorables también fueron sus enfrentamientos con su paisano Eduardo Iturralde González, que en ocasiones los acabó pagando el equipo. Genio y figura, Txetxu Rojo no dejaba indiferente a nadie. Descanse en paz.