José María del Nido Benavente contra José María del Nido Carrasco. Padre e hijo enfrentados por el poder en el Sevilla, una de las claves de la complicada lucha accionarial por el control del club que más ha crecido en el presente siglo, con diez títulos nacionales e internacionales y 20 finales disputadas desde 2006.
El enfrentamiento entre el actual vicepresidente y el que fuera máximo mandatario añade más morbo a la guerra sin cuartel en la que se ha vuelto la carrera por el sillón de presidente en el club andaluz. José María del Nido Carrasco, que entró como vicesecretario del consejo de la mano de su padre, para muchos potencialmente un futuro presidente, está hoy alineado con José Castro y trata de dificultar el regreso del principal opositor al actual Consejo.
“Hay un dicho popular que dice que entre padres, hijos y hermanos, no metas la mano”, advirtió Del Nido Benavente, el padre, en su rueda de prensa el pasado viernes cuando fue preguntado por sus diferencias con su primogénito, el hijo mayor de su primera mujer, con quien tiene cruzadas varias causas judiciales a causa de la representación de sus acciones.
“Del Nido Carrasco ha demostrado ser una persona honesta, que se conduce por la vida de manera recta, mientras el padre ha demostrado, a mí y a la sociedad, todo lo contrario”, replicaba Castro en un comunicado de respuesta a la comparecencia de Del Nido, quien aseguraba que su hijo faltó a su lealtad, rompiendo junto al actual presidente el pacto de gobernabilidad que firmaron los máximos accionistas y que, según el hoy presidente, le impide votar en la Junta. De hecho, la clave está en que, según el pacto, todos los que lo firmaron deben votar en el mismo sentido que el resto en las Juntas de Accionistas hasta el relevo, en 2023, de la presidencia.
Es decir, las acciones de Del Nido, que es el máximo accionista, deben votar en el sentido que lo hagan Castro y su hijo, que las representa. Pero Del Nido padre ha pedido en diversas causas judiciales romper ese pacto y quitarle la representatividad de sus títulos a su hijo. Y en todo esto, los juzgados aún tienen que decidir. Han dictado medidas cautelares y Del Nido podría votar libremente, pero el pacto contempla fuertes penalizaciones y el juez mantiene su vigencia de ese pacto.
“Para mí, mi padre era Dios, y ustedes lo conocían. Si me decía que me tirara de una azotea buscaba las más alta. Yo tengo nada más que seis hijos. Un mes después de que se firmara el pacto en noviembre de 2019, Castro y Carrasco se subieron el sueldo, así como se lo subieron a Carolina Alés y al representante de la familia Carrión. Ese motivo y otros habían hecho que perdiera la confianza. Mi hijo José María tiene 51 acciones a su nombre, a nombre de la sociedad Nervión Grande, un tercio de unas 300. En números redondos, tiene 160 y tantas acciones, yo tengo más de 27.000. Si la familia Del Nido tiene 27.000 y él 150, digo yo (enfatizó), que para tomar las decisiones yo tendría que ser consultado y tendría algo que decir”, explicaba el ex presidente ante la prensa, quien ha aclarado que, de entrar en el consejo de nuevo, incluiría en el equipo de gobierno a otro de sus hijos, el menor de su primer matrimonio, Miguel Ángel, quien ya fue responsable de recursos humanos en el Sevilla y que ha trabajado recientemente en el Cádiz junto a Manuel Vizcaíno, actual presidente y que fue su mano derecha en el club nervionense.
El otro de sus hijos mayores, Adrián, trabaja en la agencia Promoesport, dedicada a la representación de jugadores y liderada por Rodríguez Baster. Del Nido también ha aclarado que entraría en el organigrama del Sevilla si él fuera presidente a pesar de que como su hermano Miguel Ángel, no han dejado de apoyarlo como su primogénito José María. Un auténtico lío. “Si no le importa su hijo, ¿a quién le va a importar?, sólo piensa en él, pero su tiempo ya pasó”, ha espetado Castro.