Carlos Sainz (Audi), Nasser Al-Attiyah (Toyota), Sébastien Loeb (BRX) y Stéphane Peterhansel (Audi). El Dakar 2023 será una lucha de gigantes, con el catarí de Toyota como principal favorito al defender su cuarto título conseguido con solvencia en 2022.
La edición del pasado año estuvo marcada por un punto polémico en el libro de ruta a las primeras de cambio, en la etapa 1B, que dejó fuera de combate desde el inicio a Carlos Sainz y Stéphane Peterhansel, con Al-Attiyah teniendo tan solo que preocuparse en gestionar su buena ventaja en las dos semanas de carrera respecto al 9 veces campeón del Mundial de Rallies, Sébastien Loeb, quien tras 6 participaciones sigue sin poder levantar el ansiado cetro. El otro elemento que marcó aquella edición era el estreno de Audi con un coche ambicioso, con motorización eléctrica y un sistema muy complejo. La firma de los cuatro aros acabó el coche justo antes del Dakar. No pudo hacer ninguna carrera previa y eso le pasó factura la primera semana, además de tener que afrontar el Dakar con un coche con 200 kilos más.
El Audi de Sainz, un coche perfeccionado
Un año más tarde, el escenario es muy diferente. ASO (organización del Dakar) habrá ido con pies de plomo al diseñar el ’roadbook’ para no volver a cometer el mismo error. La igualdad e incertidumbre deberá se mayor. Y además, Audi llegará con un coche perfeccionado. La firma alemana logró adelgazar su vehículo unos 80 kg respecto el de 2022 y estilizó el vehículo con una aerodinámica refinada y más eficiente. En 2022, Audi logró ganar 4 etapas y estar de forma constante arriba día a día. El vehículo es muy rápido y este año lo debe ser más. Carlos Sainz y Lucas Cruz irán a por todas, igual que sus compañeros, ‘Monsieur Dakar’ Stéphane Peterhansel (campeón de 6 Dakar en moto y 8 en coche) y Mattias Ekström. Eso sí, lo harán con la polémica normativa que les quita algo de potencia pese a tener un peso mínimo 100 kilos superior al de sus rivales directos.
Los Toyota oficiales
Ahora, la duda está en si el Audi será lo suficiente veloz como para ganar al Toyota Hilux T1+ de Nasser Al-Attiyah, vigente campeón. El catarí, al disponer de una ventaja enorme desde el comienzo, se dedicó a gestionar y no demostró su enorme velocidad en 2022. Este año, si las cosas están igualadas, deberá exprimirse al máximo. Ya lo hizo en el estreno del primer Mundial Rally-Raid FIA W2RC, donde conquistó la corona en la última cita ante Sébastien Loeb. Toyota también contará con su joven diamante, Henk Lategan, y el veterano De Villiers.
Bahrain y Loeb, con mayores certezas
Pero hay que irse hasta el equipo Bahrain Raid Xtreme para encontrar a otro favorito: Sébastien Loeb. El equipo debe haber aprendido del pasado año y de todo el Mundial W2RC para afrontar el Dakar con mayor fiabilidad, aunque sin uno de los grandes como Nani Roma en sus filas, el gran ausente en coches. Otro de los alicientes será ver el debut en carrera del nuevo T1+ de MINI X–Raid, con dos unidades en liza.
Cristina Gutiérrez (T3) y Gerard Farrés (T4)
En Side by Side (vehículos ligeros), la igualdad será máxima en sus dos categorías. En prototipos (T3), Cristina Gutiérrez será una de las favoritas al título junto a todos sus compañeros de equipo, del Red Bull Can-Am. En ese grupo de cabeza debería estar Santi Navarro (FN Speed), que quiere el podio que se le escapó de forma cruel el pasado año por una avería final.
En T4, Gerard Farrés opta al triunfo y estará entre los grandes candidatos. El año pasado tuvo que pararse cuando era líder, en la última etapa, para que ganara su compañero Jones. Este año sin tener que ayudar a nadie de inicio, podrá pelear por el sueño de su vida con South Racing Can-Am.