Los Golden State Warriors siempre o casi siempre han sido ellos en casa esta temporada y lo siguen siendo, perfectamente reconocibles, capaces de todo, también de remontadas ‘express’ como la de anoche contra los Portland Trail Blazers, que ganaban de 8 a falta de 5 minutos para el final (102-110). Fue entonces cuando irrumpieron Klay Thompson, Jordan Poole, Jonathan Kuminga y Donte DiVincenzo para cantar victoria (118-112). Un veterano, un joven consagrado, un joven que quiere confirmarse y un jugador de rol que crece. Un poquito de todo.
Los de Steve Kerr celebraron la cuarta victoria consecutiva en casa para ponerse ya con récord positivo en el Oeste, novenos con 19-18. Poole, más consistente que nunca en ausencia de Stephen Curry, volvió a ser el líder de los de la Bahía con 41 puntos, con un 14/23 en tiros y un excelente 5/10 en triples, mientras que Klay Thompson, otro que no se ha escondido ante la baja del base, registró 31, con un también fabuloso 7/15 desde el perímetro. Draymond Green dejó un doble-doble con 10 tantos y 11 rebotes y 9 tantos firmaron Kuminga y DiVincenzo.
En estos Blazers venidos a menos -octavos con 18-17 tras llegar a ser líderes del Oeste-, la exhibición de Damian Lillard (34 puntos con un 12/19 en TC, 8 rebotes y 5 asistencias), cayó en saco roto, como los 22 tantos de Anfernee Simons o los 19 del otro miembro del ‘Big Three’ de Portland, Jerami Grant.
El equipo de Chauncey Billups tuvo que lidiar con la sensible baja de Jusuf Nurkic. Los Blazers ya no son lo que eran pero siguen ahí y, en este igualado Oeste, todo es posible. Por supuesto, también la recuperación de unos campeones que se aferran a su poderío como anfitrión, con tres partidos más en casa que jugar -Pistons, Magic y Suns-, antes de afrontar un largo viaje fuera, donde presentan un muy preocupante 3-16.