Vivimos en un mundo en el que la tecnología nos hace la vida más fácil, pero también es la causante de que mucha gente haya dejado de realizar actividades tan cotidianas en otros tiempos como escribir a mano. Hoy te explicamos por qué escribir a mano es bueno para el cerebro.
¿Escribir a mano o teclear?
Actualmente escribimos mucho, aunque lo hacemos en el ordenador, en el móvil, en la tablet, en la consola… Incluso en los colegios los teclados y las pantallas táctiles le están ganando la partida al lápiz y al papel. Hay numerosos estudios neurocientíficos que advierten del peligro de escribir únicamente utilizando dispositivos electrónicos, algo que puede afectar al desarrollo del cerebro. Esto es más grave todavía en el caso de los niños que están aprendiendo a leer.
Podemos decir que prácticamente nos hemos olvidado de lo que es escribir a mano. Una de cada tres personas reconoce no haberlo hecho en los últimos seis meses. Y seguro que te has visto en dificultades alguna vez que te ha tocado coger papel y lápiz para apuntar cualquier cosa. ¿O acaso nos equivocamos?
Beneficios de escribir a mano
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Activa el cerebro
Activa más regiones de nuestro cerebro que cuando tecleamos en el ordenador o pulsamos la pantalla de tu móvil. Se estimulan nuestra área visual (vemos lo que hay en el papel), nuestras habilidades motoras (movemos el lápiz sobre el papel para escribir) y nuestras habilidades cognitivas (recordar las formas de cada letra requiere un tipo de respuesta diferente del cerebro).
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Mejora la ortografía
Al escribir a mano es más fácil cometer errores y percatarse de ellos. Y cometiendo errores es como mejor se aprende.
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Ayuda a ejercitar la memoria
Al escribir algo a mano estás empleando un esfuerzo y una dedicación prácticamente exclusiva a esa tarea, por lo que es más sencillo memorizarlo lo que estás escribiendo.
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Sirve para expresar emociones
En ocasiones escribir nuestros problemas pueden servir como una forma de desahogarnos.
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Fomenta la organización de ideas
Si te sientas a escribir un texto, antes de plasmarlo sobre el papel necesitas estructurarlo bien (por aquello de evitar los tachones o utilizar típex). Releerlo puede ayudarte también a ser crítico contigo mismo.
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