Abunda lo inexplicable en los últimas días en una NBA revolucionada por la entrada del nuevo año. No sólo se trata de la orgía anotadora seguida por Giannis Antetokounmpo esta noche, sino también de lo que les pasó a los Boston Celtics esta pasada madrugada, ‘apaleados’ contra uno de los peores equipos de la NBA, Oklahoma City Thunder, con Jayson Tatum y Jaylen Brown los de Joe Mazzulla, sin su fantástico estandarte los Thunder, Shai Gilgeous-Alexander. Y no una derrota al uso: 150 – 117.
Marcus Smart fue expulsado por la segunda técnica por protestas al árbitro al final del tercer cuarto y, furioso, sujetado por Mazzulla para que abandonara el parqué, dura imagen de la impotencia de Boston.
Humillación por falta de humildad o eso se deduce de un Mazzulla parco, seco, disgustado como no podía ser de otra manera en sala de prensa, aunque no suele ser él muy de exteriorizar sus emociones. “Como dije en el partido contra los Suns, tienes que jugar con un sentido de la humildad cada noche sabiendo que tu oponente quiere ganarte. Tenemos que relacionarlo y no lo hicimos, y jugaron mejor que nosotros en cada aspecto del juego. Sí, jugaron más duro que nosotros todo el partido”, lamentó el entrenador de unos Celtics que hace dos semanas ya tuvieron que pasar por el ridículo de perder contra otro equipo muy inferior sobre el papel como Orlando, cosechando, además, dos derrotas consecutivas.
“Depende de este grupo, tenemos que recuperar nuestra identidad”, señalaba un muy mustio Jayson Tatum, 27 puntos él con una aceptable carta de tiro (9/17) y 29 Jaylen Brown con una serie de lanzamiento aún mejor (11/18).
El problema, pues, residió en la desidia, la ausencia en el equipo de todo el nervio que le sobró a Marcus Smart. “Nos patearon el trasero”, así de rudo y claro fue Brown. “Sales, lo das por sentado y eso es lo que pasa. Probablemente nos tenía que venir. No estuvimos conectados, nos avergonzaron”, señaló, muy autocrítico, el escolta. Pese al bochorno, siguen los Celtics líderes del Este, aunque ahora mismo no querrán mirar la clasificación ni nada, sólo dormir y dejar de existir.
Mientras, Oklahoma mereció acaparar todos los elogios porque probablemente jugó por encima de sus límites, machacando a unos Celtics a los que tenían liquidados ya al descanso (74-54). Fuera del partido por enfermedad Gilgeous-Alexander -cuarto máximo anotador de la NBA con con casi 31 puntos por encuentro-, los Thunder descubrieron más que nunca su potencial como grupo hasta el punto de batir un récord colectivo de la NBA en la primera vez desde 2019 que hasta cinco compañeros de equipo anotan 20 puntos o más, 25 para Josh Giddey, 23 para Luguentz Dort y 21 para Jalen Williams, Tre Mann e Isaiah Joe.
Por más que estén tanto de moda las monstruosas actuaciones individuales de más de 50 puntos, el espíritu de equipo todavía sobrevive en estos intensos días en la NBA. Y puede llegar a tanto que hasta los ‘débiles’ Thunder se permiten el lujo de dejar hechos unos trapos a los Celtics. Tiempo de reflexión en Boston.