El vivac de MD: Ni un día tranquilos en el Dakar

El vivac de MD: Ni un día tranquilos en el Dakar

Tras las lluvias que cayeron en Ha’il, la noche del miércoles al jueves fue peor. La mayoría decidía dormir en la sala de prensa y yo apostaba por la tienda. El día anterior, la lluvia no me impidió conciliar un buen sueño. Pero ayer la temperatura bajó hasta 1 grado. 

Me puse ropa térmica para dormir, pero durante la noche me desperté con mucho frío. La humedad era alta y notaba el frío del suelo penetrar en mis huesos. Me puse chaqueta, guantes, gorro, una bufanda y metí la cabeza dentro del saco. Me desperté como si me hubiera pasado por encima un camión. Cansado de la acumulación de esfuerzos, los cambios de temperatura, de dormir poco y de los muchas sorpresas que te llevas aquí. Ayer pensaba que sería un día tranquilo. 

ERROR. Hasta perdí parte de la mañana recogiendo la tienda para dormir en la sala de prensa y tenerlo todo listo para partir hacia el siguiente vivac. Pero lo que vendría después fue una locura: el accidente de Laia y la incertidumbre, una denuncia de la FIA hacia Al-Attiyah, Barreda aclarando que una moto le había pisado el casco, Nasser añadiendo más leña al fuego, y cuando todo parecía acabado, llegó el anuncio de cambios en los planes del Dakar porque el vivac de Al Duwadima, al que debíamos ir hoy, estaba anegado. 

Hubo cambios en las etapas y en nuestra ruta y hoy volamos a Riad. Eso significa levantarse antes. No sabemos si en unos días estaremos en Al Dawadima. Así es el Dakar. Impredecible en todos los aspectos.




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