'Al Dakar, por un grano de arena': el proyecto que emocionó a Joaquín

“En el Dakar todos tienen su historia y muchos vienen a encontrar su camino en la vida”, dijo el mítico Jacky Ickx a MD en el vivac de la carrera más dura del mundo. Es cierto. El campamento está lleno de relatos de vida. Al belga le faltó un ingrediente esencial que marca la diferencia en esta prueba: Los proyectos solidarios. Entre los múltiples que se pueden encontrar en esta edición, destacamos uno de Málaga, el que capitanean Alfredo Rubio (23/07/1967) y su copiloto Luís Alberto Benedicto (17/10/1960), en su debut en la categoría de prototipos ligeros del Dakar 2023 (T3). Alfredo cumple el sueño de toda una vida de participar por primera vez en la cita más dura del mundo a sus 55 años, después de mucha excursiones por el desierto en 4×4, siempre acompañado de su gran amigo del alma, una amistad que supera los 35 años y que les ha llevado a convertirse en socios hasta llegar a la competición.

Todo surgió de forma natural: “A Luís Alberto le dije: ‘¿Te gustaría ser mi copiloto?’”, relata a MD Rubio. No pensó en otra persona ni quiso un copiloto profesional. A su lado quería a Benedicto. La idea dakariana surgió después de que Alfredo decidiera comprarse un Side by Side. El nacimiento de esta categoría hace unos años, mucho más económica que la de coches, hace que personas como Alfredo puedan ver su sueño de ir al Dakar más al alcance de su mano. Debutaron para ver qué tal les iba en el Campeonato de España de 2021. Las sensaciones fueron tan buenas que decidieron no gastar su presupuesto en el certamen nacional para ahorrar con el objetivo de ir al Dakar en 2023.

Pero esta historia va más allá de lo deportivo. Pensó eso mismo el copiloto, Luís Alberto Benedicto, cuando un día, el profesor de lujo de esta tripulación, Miguel Puertas, le dijo una frase que desde entonces no dejaría de repetirse en su cabeza: “El Dakar es algo en lo que piensas cada día hasta que lo haces”. Así fue. Pensó y pensó, y encontró en su interior una necesidad: “Un día me surgió una idea. Pensé que ya que tenemos la suerte de ir al Dakar, deberíamos encontrar una manera de ayudar a alguien”. El objetivo por aquel entonces, entre tanto preparativo dakariano, era encontrar a quién ayudar con su participación. 

Benedicto contactó con su buen amigo, el ex portero de Madrid, Betis, Rayo o Cádiz, Koke Contreras. Quedaron en un restaurante para debatir diferentes opciones. Le dieron muchas vueltas al asunto y recordaron un caso cercano: un amigo de la tripulación perdió a una hija muy joven por cáncer y recordó que hubo una asociación que la acompañó en sus instantes finales. Le llamaron para que se presentara en el restaurante. Tardó 15 minutos en llegar. Se sentó en la mesa y a partir de ahí se hizo el silencio. Aquel buen amigo les  habló de la asociación de CUDECA (Cuidados del Cáncer), dedicada a la atención especializada a personas con cáncer y otras enfermedades en estado avanzado y apoyo sus familias de forma completamente gratuita. 

“Hacen una labor brutal”, destacó Benedicto a MD. “Desde septiembre hasta, que falleciera en enero, Cudeca no faltó ni un solo día al lado de la hija de mi amigo”, añadió.

“Escuchar la historia en boca de mi amigo nos rompió el corazón”. Y así nació el proyecto con el que ahora desafían a desiertos, cañones, pistas y arena, llamado “Al Dakar por un grano de arena”. Con su participación quieren aportar su grano a la enorme labor de la fundación, dar a conocer su trabajo y recaudar fondos en su lucha mediante la venta de boletos para una rifa posterior al Dakar.

Puede ayudar a este proyecto de la Fundación Cudeca comprando un boleto para su rifa

Joaquín e Isco no dudaron en participar

Para lograr esa meta, Koke Contreras volvería a ser fundamental, ya que tiró de contactos y consiguió que Joaquín Sánchez, jugador del Betis, y el entonces jugador del Sevilla, Isco, firmaran camisetas de su proyecto para ser sorteadas entre los usuarios que participen con su contribución comprando papeletas (de 5 euros) en la web de Cudeca. 

Piloto y copiloto también donarán objetos y material usado en su aventura dakariana para que los que lo deseen puedan conseguirlos ayudando a la financiación de la fundación con su ‘grano de arena’. Ese es el espíritu dakariano. Muchas veces, lo deportivo queda al margen. En ese terreno, Alfredo y Luís Alberto están viviendo el sueño de su vida y lo están disfrutando al máximo. Reparten sonrisas y abrazos por el campamento. También la ilusión de unos ojos que no dejan de brillar con todo lo que están viviendo.