Nasser Al-Attiyah seguirá siendo el mismo. Dakar tras Dakar, su personalidad no cambia. El catarí de 52 años (21 de diciembre de 1970, Doha, Qatar) destaca por su dualidad. Dentro de la pista no tiene amigos. En competición, ante los micrófonos, siempre dice lo que piensa y no duda en hurgar en la llaga de sus rivales. Se quejó de la subida de potencia de los Audi una vez empezado el Dakar y al día siguiente ganó la etapa y atacaba a sus rivales diciendo que “les han subido la potencia, pero soy yo el que marca la diferencia”.
Fuera de la pista, destaca por su solidaridad. En sus muchos años de carrera deportiva ha ayudado a muchos pilotos en sus carreras. No dudó en darle una oportunidad a un fotógrafo que conoció en un rally para convertirse en el que ahora es su asistente personal y una de sus personas de mayor confianza, el catalán Jordi Vidal. Y en el Dakar 2022, le dejó prestado su coche a un competidor al que se le había incendiado su máquina antes de empezar, o ayudó a un equipo de Dakar Classic para encontrarle una pieza en Riad sin la que no podían continuar.
El trato con la prensa es excelente. Nunca rechaza hablar, sea cuándo sea. En cualquier momento. Incluso cuando MD le pilló durante la tarde de la etapa 10 en plena prueba del saco de dormir y las mantas que se iba a llevar para pasar noche en la siempre diferente etapa maratón. Tampoco en la previa de la conquista de su quinto título Dakariano. No rechaza fotos con fans, ni atender a todo el que se pasa por su carpa a saludarle. El sábado, el equipo Toyota tenía a muchas personas ante el Hilux del catarí. Nasser, lejos de estar nervioso por tener su quinto cetro a tocar y estar encerrado en su caravana, se paseaba por el ‘service’ de Toyota atendiendo a todos y cada uno que quería saludarle. Decía estar tranquilo y vivir “un día normal” pese a la grandeza del hito que podía lograr a la mañana siguiente.
No podía realizar el ritual de cada día, el de sentarse en la hoguera junto a su copiloto y equipo para tomar café árabe, té y disfrutar de unos dátiles con crema de cacahuete que siempre le esperan en la mesa que hay delante de su ‘casa con ruedas’. Y si vas a visitarle, no duda en decirte que te sientes junto a él y te unas a la conversación, sentado encima de unas alfombras, al calor del fuego.
Medio corazón en Catalunya
Nasser es una persona con dos caras. Un depredador en el coche y un genial anfitrión. Lo saben en Castellfollit del Boix, entre Manresa e Igualada, donde tiene una finca y un circuito off road, el Nasser Racing Camp que inauguró invitando a todo el pueblo a un asado y sorprendiéndolos con una experiencia de copilotaje en el asiento derecho de su Volkswagen Polo de rallies. Nasser tiene corazón azulgrana, su gran ídolo es Messi y ama Catalunya. En la citada población pasa largas estancias junto a su familia.
“Paso muchísimos días al año allí. Voy mucho a Barcelona porque me encanta. Allí puedo ejecutar bien mi plan de entrenamiento, preparándome en el bosque y en mi circuito. Es muy bonito pasar tiempo allí junto a mi familia”, aseguró Al-Attiyah a MD, esperanzado de que la actual generación de jóvenes azulgrana siga creciendo para que su equipo del corazón vuelva a la senda del éxito, el mismo que sigue teniendo un Nasser que lo dejó bien claro a MD: “No le tengo miedo a nada”.
Vive la vida con una sonrisa, con un carácter positivo y siempre pensando que podrá vencer. Así es el campeón dakariano, amante de la caza y también del tiro al plato, deporte en el que logró la medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de 2012 en la modalidad skeet.
No se cansa de ganar: “Voy a por el récord”
“¿Si soy el mejor piloto? Si ganas el año pasado y ganas este año, claro, soy el mejor piloto”, apuntó entre risas a MD en la previa a la consecución de su 5º título dakariano. “No quiero decirlo, pero, para mí, creo que el año que viene podemos ser más fuertes, parece que nuestros rivales son un poco más viejos y eso es el juego… recuerda cuando Michael Schumacher ganó siete veces… Lo mismo con ‘Seb’ (Loeb), que ha ganado nueve veces, pero todo acaba, las nuevas generaciones controlan todo y parece que también pasará lo mismo en el Cross-Country, con la edad no es fácil, veremos lo que nos depara el Dakar”, agregó.
Nasser quiere aprovechar su gran estado de forma y seguir ganando. Tanto es así que ese hambre, unido a la confianza que tiene en sí mismo, le hace asegurar que va a por el récord de 8 títulos dakarianos en coche de Peterhansel.
“Quiero romper el récord de Stéphane (Peterhansel) en coches, no sé cuántos tiene, creo que ocho, pero no es un problema, solo hace falta tiempo, podemos hacerlo”, dijo el piloto de 52 años, quien quiere seguir al máximo nivel unos “10 años más”.
Pero el récord de Peterhansel no es el único al que mira. También el de los 50 triunfos de Vatanen. Al-Attiyah ha ganado tres etapas en el Dakar 2023 y ya tiene 47, dos menos que Peterhansel y tres menos que el finlandés. Deja ese reto para el próximo año y no duda en asegurar que lo logrará en 2024: “El año que viene lo haré”. Nasser quiere seguir triunfando.