Quedaban seis minutos, los Warriors perdían por un punto en otro partido poco inspirado fuera de casa y Stephen Curry recibía a nueve metros del aro con solo seis segundos de posesión por delante. Nada distingue el momento previo a una explosión. A continuación Curry amagó una penetración por la izquierda, se pasó el balón por detrás de la espalda y con un paso atrás ante dos defensores lanzó un triple con un arco pronunciadísimo que solo tocó la red. Nada distingue el momento previo, pero todos oyen la explosión.
Stephen Curry anotó 12 de sus 41 puntos en el tramo final del último cuarto para poner a salvo el triunfo de Golden State en Washington (118-127). Una victoria más sufrida de la cuenta porque los Wizards, un equipo de zona baja, no contaban con su gran estrella, Bradley Beal, pero necesaria para unos Warriors que llevaban en amago de crisis: habían perdido cuatro de los cinco partidos anteriores y solo los Houston Rockets, colistas de la NBA, han ganado menos que ellos fuera de casa.
Había sido también un triple de Curry (y los buenos minutos de Donte DiVincenzo) lo que había sacado a los Warriors del mayor agujero: una desventaja de nueve puntos en los minutos finales del tercer periodo que amenazó con romper el choque. Tan atípica está siendo la temporada de Golden State que en esos terceros actos, donde tradicionalmente rompían el espinazo de sus rivales, tienen un balance negativo este curso.
La erupción de Curry en los últimos seis minutos del encuentro culminó la remontada y hasta hizo parecer el marcador final más cómodo de lo que fue la noche. Un partido en el que los Wizards aprovecharon la fragilidad de los Warriors en la pintura para hacer correr el marcador al galope: al descanso, Washington había anotado 64 puntos y si Golden State aguantaba por delante era gracias a Jordan Poole (26 puntos en la primera parte, 32 en el partido) y Curry.
En un partido en el que los Warriors no pudieron contar con Klay Thompson, Curry y Poole se asociaron para anotar 73 de los 127 puntos de su equipo y salvar una victoria necesaria antes de un tramo especialmente duro del calendario. En los próximos días les espera un back-to-back en Boston y Cleveland, antes de recibir a Brooklyn y Memphis. Un buen examen para saber hacia dónde miran estos Warriors.