El PSG ya está en Riad después de viajar de madrugada para enfrentarse mañana a un All Star de futbolistas del Al Hilal y el Al Nassr, capitaneados por Cristiano Ronaldo. Este amistoso, de carácter comercial, reportará al club francés un beneficio de unos 15 millones de euros, cantidad que justifica un viaje inoportuno en lo deportivo. Después de encadenar dos derrotas consecutivas a domicilio, esta gira sacrifica tiempo para analizar esta crisis.
Al Khelaifi, sin embargo, ha querido cumplir con su palabra. El PSG se comprometió hace un año a jugar este amistoso, cancelado entonces por la situación sanitaria: “Está acordado desde hace tiempo y vamos a respetarlo”, dijo la semana pasada Christophe Galtier, aunque no pudo disimular su incomodidad por tener que hacer un viaje que añade cansancio a las piernas de unos futbolistas que necesitan encontrar una respuesta cuanto antes.
En una semana en la que el PSG hubiera podido entrenar tranquilamente en Camp des Loges, ir a Riad confirma el golpe de suerte económico que supone este encuentro. Después de los problemas recurrentes de Fair Play y el gasto disparado de su masa salarial, el club busca equilibrar sus cuentas tras presentar pérdidas por valor de 369 millones de euros en el último ejercicio. Números que acreditan lo conveniente que es el choque entre Messi y Cristiano.
Otra prueba de ello es la expectación mediática que hay en Riad, donde hay gente dispuesta a casi todo. Un empresario de origen árabe, que hizo fortuna en el sector inmobiliario, ha pagado la friolera de 2.4 millones de euros por una entrada VIP, que le permitirá fotografiarse con los futbolistas y tener acceso a la zona de vestuarios. La subasta, que comenzó en 245.000 euros, finalizó en esta oferta sin precedentes por parte de Mushref al Ghamdi.