Carlos Checa quería ganarle la batalla a los peligros que esconde la carrera más sufrida del planeta. En su segunda participación en el Dakar, quería tomarse su revancha particular con la crueldad y dureza de esta cita, regresando con un proyecto de mayor ambición, el Astara Team, junto a Laia Sanz y Óscar Fuertes de compañeros y Marc Solà de copiloto. Y tras casi 9.000 kilómetros de etapa, unos 5.000 de especiales cronometrados, Carlos Checa lograba cruzar la meta de Dammam con una enorme sonrisa. Un año más tarde de hacerlo por primera vez, pero sin medalla de ‘finisher’, lo había logrado de forma completa y ya podía colgarse su premio en el cuello. A la segunda fue la vencida para un Carlos que logró acabar el Dakar por todo lo alto, con su mejor resultado de etapa: una 10ª posición en la 14ª especial que ya puede enmarcar para el recuerdo.
En su primer Dakar, en la edición pasada de 2022, el ex piloto de MotoGP vivió en sus propias carnes todo lo que significa participar en la carrera más dura del mundo. Lo hizo bajando al barro como un dakariano de toda la vida. Se le vio disfrutar de la velocidad en pista abierta, venirse arriba a medida que aceleraba y cogía confianza por el desierto, pero también vio de cerca la cara amarga y cruel de la carrera, sufriendo un fuerte accidente en una zona de máxima velocidad. Su mentalidad fue la de un dakariano. No quiso arrojar la toalla, incluso cuando tuvo que hacer lo más difícil: mantener la paciencia fuera del coche. En 2022 sufrió al tener que esperar la llegada de una pieza que le permitiera reengancharse en carrera. Las horas pasaban y su preocupación aumentaba al no saber cuándo llegaría ese elemento que le permitiría reparar su coche. MD lo encontró en el comedor, pensativo, preocupado por su vehículo y ansioso por volver a dar gas. Estaba cabizbajo, desayunando mientras pensaba. Herido. Sabía que la cosa estaba muy complicada pero no perdía la esperanza. Y finalmente pudo volver a acelerar. Tuvo que agotar los 3 días máximos de los que disponía como límite para reengancharse a la carrera y poder seguir compitiendo, ya con una inmensa penalización.
Logró entonces llegar a la meta final, pero lo haría sin recibir medalla de ‘finisher’. Aquella era una ‘espinita’ que quería quitarse. Y lo pudo hacer un año más tarde, con una participación excelente junto a Solà en la que exhibió una gran velocidad y constancia. Varios problemas mecánicos en la segunda semana de carrera le apartaron de la lucha por el Top-20 de la general, así como un contratiempo inicial de navegación. Pero también puede decir que tuvo suerte, ya que sufrió un vuelco y su coche volvió a colocarse de pie por inercia, pudiendo reanudar la marcha y llegar al campamento.
Por todo ello, Carlos llegaba a Dammam eufórico. “Estoy muy contento en general por todo el trabajo de todos los días y muy satisfecho de estar aquí, de haber llegado y de por fin haber hecho un Dakar completo. El año pasado llegué al final, pero no fue completo. Y este año sí lo es. Y no ha sido fácil, porque nos ha sucedido de todo. Muchas cosas ajenas al equipo y otras cosas que pueden suceder. Y hemos tenido que resignarnos y aceptarlo. Sin eso hubiera sido un Dakar algo diferente, mejor posicionados, pero todos tienen problemas y lo mejor es la manera en que lo hemos afrontado y cómo nos lo hemos tomado”, apuntó a MD con une enorme sonrisa, destacando que salió a la última etapa como si se tratara de “una carrera de MotoGP”.
Increíble Top-10 en la etapa 14: “Como en MotoGP”
“Hoy la etapa ha sido de disfrute total. Le he dicho a Marc (Solà, su copiloto): ‘Marc, hoy no me hagas frenar porque voy a salir a tope. Esto va a ser como una carrera de MotoGP’. Y he hecho el 10º. Joder. Le dije: ‘¿Tú sabes lo que es una carrera de MotoGP o de Superbikes? Pues hoy lo vas a ver. Y ha sido salir a tope y llegar a tope”, reveló al lado de su coche, entre carcajadas.
Carlos Checa no sabe si regresará al Dakar
Checa tenía claro que quería disfrutar hasta el último kilómetro. Por eso, en lugar de apostar por conservar en la última etapa y bajar el ritmo para acabar, decidió ir a fondo: “¿Podía ser mejor conservar? Sí, lo sé, pero me gusta correr, me gusta el riesgo y me gusta apurar. El Dakar se puede terminar de muchas maneras, pero a mí me gusta terminarlo corriendo al máximo y haciendo un etapón como hemos hecho. La finalidad es correr más que los demás, y obviamente, llegar. Hemos conservado ya en muchas ocasiones porque la mecánica lo requería, pero esta etapa 14 era un día para disfrutar. Cuando voy al límite es cuando me lo paso mejor”, explicaba con una sonrisa.
La gran duda: ¿Volverá al Dakar?
Tras dos participaciones, Carlos Checa ha cumplido con los objetivos que se ponía de inicio en su aventura Dakariana. Ha demostrado velocidad, espíritu dakariano, resistencia, capacidad de lucha, entrega y en su segundo intento ha obtenido la medalla de ‘finisher’. Después de estas dos experiencias en el desierto, la duda está en si le volveremos a ver el próximo año y si el Dakar ha encendido su ambición competitiva de afrontar un nuevo reto con un coche que le permite optar a lograr mejor resultados en la general.
“Mi vida competitiva en moto creo que ha sido plena y satisfactoria y estoy súper orgulloso y contento de haberlo logrado. Lo del Dakar era una experiencia que ya hice el año pasado y este año ha sido con un proyecto mucho más interesante, un proyecto español, con Laia Sanz y Óscar Fuertes. Me hacía mucha gracia, un proyecto también con el tema de la sostenibilidad, a través del biofuel. Había muchas cosas que lo enriquecían. Y al margen, el tema competitivo con Marc Solà (su copiloto). Hemos hecho un tándem genial y ha sido un acierto contar con él. Me ha ayudado muchísimo y ha hecho que automáticamente fuéramos más competitivos”, explicó.
“Lo hemos pasado muy bien. He vivido la experiencia, ya sé lo que es y creo que personalmente si nos tuviéramos que poner una nota Marc y yo, tendría que ser una nota muy alta, porque hemos fallado poquísimo. A partir de ahí… ¿intentar ser un poco más competitivos y entrar en carrera a buscar resultados? esto ya es otra historia que en este momento no me planteo. Pero si surge la oportunidad, obviamente es algo que me gusta muchísimo. Y en la última etapa, acelerando a fondo, me lo he pasado mejor”, añadió el catalán. No se cierra puertas, pero obviamente, no goza de grandes patrocinios que le ayuden a costearse la aventura. Eso no le permite pensar en algo más grande, y aunque sí le gustaría regresar, tampoco es algo que pueda confirmar en este momento.
“¿Volver? Depende. Ya veremos. Si hay los ingredientes interesantes para volver a estar en una situación buena, pues no te digo que no”, expresó. Eso sí, hay una cosa que tiene más que clara: “Si vuelvo, será con Marc Solà, eso seguro”.