No hay quien entienda lo del Cremonese, que volvió a hacer una auténtica gesta en la Serie A en vistas de como se está desarrollando la temporada. Venció a la Roma (1-2) y logró el pase a semifinales de la Coppa de Italia tras haber dejado ya por el camino al Nápoles en los cuartos de final contra pronóstico.
Sí, estamos hablando del mismo Cremonese que es colista en la liga y que todavía no ha ganado un partido en el campeonato doméstico. O bueno, eso es lo que parece, porque visto lo visto algo está haciendo diferente en la Coppa, de la que está a un solo paso de la final, aunque para ello tendrá que vencer a la Fiorentina a doble partido (5 y 26 de abril).
El como se dio el resultado explica por sí solo el sinsentido de que el Cremonese esté imparable en la Coppa. En un partido en el que la Roma, dirigida por Jose Mourinho, fue la clara dominadora en todos los aspectos a pesar de salir con muchos suplentes de inicio, terminó perdiendo. Los giallorossi acumularon el 64% de posesión, hicieron 13 disparos (6 entre palos), sacaron 4 córnes, centraron 25 veces… y aun así se fueron para casa eliminados.
¿Cómo es eso posible? Pues porque el Cremonese está acumulando la dosis de suerte que le ha faltado a la Serie A. El primero fue de penalti, cometido por Rui Patricio tras una pérdida de Kumbulla y que Dessers puso en la escuadra (28′). Y eso no fue lo peor, justo tras el descanso Celik se marcó en propia meta (49′), algo que no debió gustar nada a Jose Mourinho que ya en el primer tiempo se fue antes de tiempo a vestuarios y ya hizo cuatro sustituciones.
Ni meter toda la artillería sirvió portugués para solucionar el drama. Solo Bellotti, y en el último minuto, fue capaz de rematar a puerta y hacer un gol que no sirvió ni de consuelo (94′).