El debut de la nueva pareja de ases de moda en la NBA en Dallas no fue todo lo bien que se esperaba. Kyrie Irving y Luka Doncic dieron un recital anotador pero eso no les bastó para derrota a unos Minnesota Timberwolves que se llevaron la victoria por 121-124 sobre los Mavericks con una última defensa notable. Aprovecharon la indecisión del dúo exterior, que se pasó la patata caliente en varias ocasiones sin llegar a lanzar a canasta en los segundos previos al bocinazo definitivo.
“Tío, sigo intentando recuperarme emocionalmente… sigue muy fresco. Me hubiera encantado al menos lanzar a canasta”, comentó Irving después de remar como nunca y avistar la orilla. Con 26 puntos de sus 36 totales en el último período, su máxima anotación en cualquier cuarto en toda su trayectoria, el polémico base estuvo cerca de completar una remontada de 26 tantos para los Mavs, pero la buena defensa rival y la indecisión en la última jugada penalizó su esfuerzo titánico.
“Ha sido una gran defensa. Los jugadores querían jugarla, confiar en la defensa (sin faltas)”, valoró Chris Finch, técnico de los Wolves. “Hemos hecho un gran trabajo al perturbar su jugada, haciendo presión y negando la recepción. Hemos roto la jugada”, añadió. Doncic, que aportó 33 puntos, 12 rebotes y 6 asistencias al esfuerzo local, también elogió la defensa final de sus rivales.
“No hemos conseguido un tiro claro, tan solo nos la hemos pasado el uno al otro. Creo que ha sido una gran defensa. Al final ninguno hemos tirado, aunque él estaba en racha…”, se resignó el esloveno, no demasiado preocupado a pesar de la derrota. Para empezar, su asociación con Irving ha cosechado dos reveses y ningún triunfo. “Realmente deseaba esta victoria”, declaró su nuevo compañero. El resto, incluido Doncic, seguían maravillados con su explosión de 26 puntos en el último período: “A ver, ha sido una locura. En el banquillo todos nos mirábamos en plan… ‘¿cómo lo está haciendo?’”.
En el ecuador del tercer cuarto, las lagunas de los Mavericks parecían más que evidentes. Los Timberwolves dominaban por 63-89 y tenían el encuentro casi atado antes del estallido de Irving en el período definitivo. Anthony Edwards, con 32 puntos, y Rudy Gobert, con 21 tantos y 14 rebotes, fueron los hombres más destacados del conjunto visitante, con seis jugadores por encima de los dobles dígitos.
En Dallas, el desequilibrio en la plantilla quedó claro en defensa y también en ataque. El 75% de la anotación llegó de tres fuentes, el nuevo tándem de moda y el interior reserva Christian Wood, autor de 24 puntos. Ningún otro jugador local superó los 6 puntos en el encuentro. Jason Kidd, entrenador de los Mavs, optó por el ataque como su mejor defensa en su intervención postpartido: “Estamos aquí para anotar más que el resto. La gente viene a ver puntos, no un 80-80 de marcador final. Estamos aquí para anotar, esto es la nueva NBA. Ya nos espabilaremos con la defensa interior”.