Los siete pecados capitales que todos conocemos fueron concebidos por el cristianismo como una serie de enseñanzas para educar a sus seguidores. Según afirma la religión, la naturaleza de todos ellos impulsa a cometer otras faltas de igual relevancia. Estos son la lujuria, la pereza, la gula, la ira, la envidia, la avaricia y la soberbia. Su origen se remonta al siglo IV, cuando el asceta Evagrio el Póntico enumeró las principales pasiones que conducían al hombre hasta la perdición. Años más tarde, el sacerdote Juan Casiano redujo la lista a los siete puntos que existen actualmente.
Sin embargo, con el paso del tiempo, las costumbres y actitudes del ser humano se han transformado. Y con ellas, los terribles errores que perpetramos. Multitud de expertos y medios de comunicación de todo el mundo han elaborado una lista de los pecados capitales de la edad moderna. A continuación, los más representativos.
Contaminar el medio ambiente
Aunque muchos no lo consideren como tal, el planeta Tierra es nuestro hogar y debemos cuidarlo. Quizás parezca que ya es demasiado tarde, pero si todos ponemos de nuestra parte, las consecuencias pueden no ser tan catastróficas. Los efectos nocivos de nuestros actos ya son más que visibles: el calentamiento global, la desaparición de los polos, la contaminación…
Violación de los derechos humanos
El terrorismo, la censura, la discriminación, la represión… Son muchas las escenificaciones que este pecado moderno muestra en la sociedad actual. Estas atrocidades se han convertido en algo habitual, rompiendo aquellos privilegios que el hombre tiene desde su nacimiento: la libertad y la igualdad.
La pobreza
En el año 2015, más de 700 millones de personas vivían en condición de extrema pobreza en todo el mundo. Unos datos que se traducen al 9,6% de la población mundial. Este punto es, sin duda, uno de los más preocupantes de la lista y una realidad a la que muchos hacen frente en su día a día.
La riqueza obscena
El contrapunto a esa pobreza también pertenece a la lista de los pecados capitales de la edad contemporánea. La corrupción lideraría un nivel que muchos han convertido en toda una costumbre. La codicia y el deseo de riqueza extrema termina por perturbar al hombre, llevándole por el peor camino posible. Arruinando además la vida de terceras personas.
La violencia
La violencia de género, el bullying, la homofobia o la pedofilia son algunas de las conductas que demuestran la naturaleza más depravada, cobarde y miserable del ser humano. No existe un solo día en que alguna de estas prácticas se lleve a cabo. Dejando víctimas inocentes a su paso.
El consumo excesivo
La acumulación de bienes y servicios innecesarios para nuestra supervivencia más elemental es un hábito muy interiorizado en el siglo XXI. El placer y la satisfacción que esto provoca en ciertos individuos desvirtualiza el verdadero significado de ambos términos. Incluyendo la felicidad o la complacencia personal.
Tráfico de drogas
Hace unos años, la Iglesia Católica enumeró algunos de los pecados capitales actuales más importantes. Donde el consumo de drogas con fines ilícitos ocupaba un puesto de gran importancia. El abuso de este tipo de sustancias puede resultar muy perjudicial para la salud del sujeto.
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