Jayson Tatum completó una noche redonda en Salt Lake City con una exhibición de triples que le propulsó al premio Kobe Bryant al MVP del All Star NBA 2023 y, de paso, al récord anotador del partido de las estrellas. El referente de los Boston Celtics vio el aro como una piscina y registró la segunda máxima marca de tiros de tres de la historia por detrás de los 16 de Stephen Curry, un 10 de 18 desde el perímetro, camino a la nueva plusmarca: ¡55 puntos! La cifra supera los 52 de Anthony Davis, por entonces miembro de los New Orleans Pelicans, en 2017.
“Hemos venido con la muñeca caliente, y me he mantenido así todo el partido”, comentó el jugador de 24 años, cuatro veces All Star en su todavía corta pero ya ilustre andadura en la NBA. “Nos lo hemos pasado muy bien esta noche. Para mí esto significa mucho, los récords están para romperlos. Por aquí han pasado muchos grandes e intentaré mantener esta marca todo lo que pueda, aunque seguro que vendrán otros a superarla”, añadió satisfecho y con Deuce, su inseparable hijo de 5 años, abrazado a él durante la foto junto al trofeo.
En una pachanga de las buenas, el Team Giannis le quitó emoción al desenlace tipo ‘Elam’ -hasta una anotación fija- que tan bien le había funcionado hasta ahora a la liga estadounidense. Fue probablemente el peor partido del novedoso formato introducido en 2020, pero no le quita mérito a la lluvia de triples que lideró Tatum sobre el Team LeBron, por primera vez perdedor en la era de los capitanes en el All Star (175-184).
La hoja estadística del astro de los Celtics fue de traca. 55 puntos, 10 rebotes y 6 asistencias (22-31 TC; 10-18 3P) en una noche donde también lucieron rango de tres sus compañeros de equipo Donovan Mitchell (40 puntos) y Damian Lillard (26 puntos), ambos con 8 dianas en la jornada festiva que le dio su primer triunfo como capitán a Antetokounmpo.
El chaval que quería ser Kobe: “Quiero uno de esos”
Tatum, nacido el 3 de marzo de 1998 en Saint Louis (Misouri), siempre idolatró a Kobe Bryant de pequeño. Soñaba con ser cómo él, si bien el destino le llevó a jugar para el máximo rival de la estrella de Los Angeles Lakers, unos Boston Celtics que le eligieron en la tercera posición del Draft de 2017. Después de destacar en el instituto con estallidos anotadores parecidos al de anoche, se decidió por la oferta de Duke para entrenar a las órdenes del legendario Mike Krzyzewski con los Blue Devils.
Allí terminó de moldearse como jugador de talento y fundamento, un trabajador incansable de la escuela de su ídolo, que a su vez ejerció de mentor suyo en sus primeros años como profesional. Tras solo año formativo junto a ‘Coach K’, que más adelante le reclutaría también para el oro olímpico del Team USA en Tokio 2020, decidió dar el salto a la NBA.
En el primer año, Tatum respondió de forma admirable al reto de competir en los playoffs. No se veían a un novato de Boston impactar de tal manera, anotando por encima de la veintena en varios partidos consecutivos, desde los tiempos de Larry Bird, palabras mayores. En su primer fogueo en el momento cumbre de la temporada, demostró de sobras su madera para situarse algún día entre los más grandes, superando récords de precocidad de Kobe y Kareem por el camino. “Está construido para ser una estrella”, valoró LeBron James por aquel entonces.
En su segundo año metió su primera patita en el All Star ganando el concurso de habilidades, y en el tercero debutó como reserva en el partido de las estrellas. Pensó entonces que quería ganar ese premio recién bautizado en honor a Bryant, trágicamente fallecido a principios de 2020. “Estaba allí en 2020 cuando renombraron el MVP en su recuerdo, y me dije entonces que un día quería tener uno de esos”, valoró el ‘0’ de los Celtics. Justo en la presente edición de 2023, Tatum estrenaba sus primeras zapatillas personalizadas con Nike. Hasta anoche, lucía con orgullo los numerosos y exitosos modelos de la Mamba Negra. “Romper el récord, vestir mis primeras zapas, llevarme el premio con el nombre de alguien a quien idolatraba… es un día magnífico para mí”.
Con los Celtics en primera posición de la Conferencia Este (42-17) y una plantilla capaz de ser el cuarto mejor ataque y la cuarta mejor defensa de la competición, la más equilibrada de largo en la competición, todo apunta a que Tatum puede firmar su año culmen en la NBA.
Por ahora, el joven alero del mejor equipo de la NBA en la temporada 2022-2023 sigue firmando capítulos dorados de su historia por duplicado. Se trata de su primer MVP, el primero para un jugador de los Boston Celtics en el partido de las estrellas desde Larry Bird en 1982. Y aquí quedará su registro anotador… al menos un año más visto como se las gastan estos tipos en el All Star. Tiene el talento, la metodología y el grupo adecuado a su alrededor para conseguir el tres en raya, el anillo de la NBA.
El año pasado fueron sus primeras Finales, así que sabe exactamente lo que necesita hacer para ganar. A punto de cumplir 25 años, su exhibición en el All Star Game no es más que la reválida para una estrella que brilla más que nunca.