El Real Madrid goleó al Liverpool en Anfield (2-5) en la ida de los octavos de final de la Champions y está a un paso de los cuartos de final. Una goleada blanca que nadie o muy pocos podían imaginar cuando en el minuto 14, el Real Madrid iba perdiendo 2-0.
En ese momento, tras el gol de Salah, Ancelotti hizo el cambio de dibujo que abrió el camino de la goleada blanca. El Real Madrid salió a Anfield con un 4-2-3-1 con Camavinga y Valverde en el doble pivote y Modric por delante de ellos. Una apuesta con la que el Real Madrid acabó el partido ante Osasuna y de la que Ancelotti quedó muy satisfecho, pero que no le funcionó en el primer cuarto de hora ante el Liverpool.
El equipo inglés estaba pasando por encima del Real Madrid desconectando a Modric del resto de sus compañeros y con el conjunto blanco siendo incapaz de superar la presión del Liverpool a la salida de balón blanca. Viendo el panorama, Ancelotti decidió regresar a su habitual 4-3-3 retrasando a Modric y poniendo a Valverde en la derecha. Así, el Real Madrid recuperó el control del partido. Modric entró en contacto con el balón y eso lo notó el equipo a la hora de sacar el balón desde atrás. Valverde, además, le dio más garra y profundidad al Real Madrid por la derecha y a partir de ahí, los blancos le dieron la vuelta al partido.
Ancelotti no sólo hizo eso mientras el balón estaba en juego, también le dio un toque de atención al equipo en el descanso. El entrenador italiano les hizo ver a sus jugadores que podían ganar el partido, que no perdieran la concentración para no cometer errores en defensa y que no dejaran de atacar. Lo hizo desde su calma habitual, sin gritos y sus jugadores entendieron perfectamente el mensaje del técnico.
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