¿Quién es el mejor jugador de la historia? Es una pregunta que no permite pactos absolutos en ningún deporte, entre ellos el baloncesto. Es una cuestión, a pesar de su subjetividad irresoluble, que reaparece en la superficie de los debates de actualidad cada cierto tiempo, especialmente cuando se ganan títulos o baten récords históricos en cualquier especialidad. En la NBA, el asunto sobre el Dios, el GOAT (acrónimo inglés para Greatest of All Time, el mejor de todos los tiempos), vuelve a estar en boca de todos después del hito anotador de LeBron James, desde hace unas semanas el máximo anotador de todos los tiempos en la liga estadounidense tras superar a Kareem Abdul-Jabbar.
Más allá de la aproximación estadística, que puede decantar la balanza hacia un lado u otro según se mire, la respuesta más honesta a la pregunta de quien es el mejor jugador de la historia es que no hay una sola opción correcta. Si es cierto que una amplia mayoría de aficionados siguen optando por elegir a Michael Jordan por encima del resto. El día de la coronación de LeBron como rey anotador de la liga, los lectores de Mundo Deportivo se decantaron en masa por la leyenda de los Chicago Bulls. Un 73,8% de los casi 8.000 votos fueron para MJ, mientras que un 22,9% optaron por la estrella de Los Angeles Lakers. A años luz, hubo también partidarios de Kareem Abdul-Jabbar, Magic Johnson y Wilt Chamberlain.
“No se pueden comparar épocas. Es imposible”, opina Charles Barkley, actualmente comentarista de la cadena estadounidense TNT. “El argumento sobre el ‘GOAT’ es falso. Kareem fue el mejor de su generación, MJ el de la suya y LeBron lo mismo”, añade el exjugador. Son ellos, los protagonistas del espectáculo, los veteranos y las leyendas, quienes pueden acercarse más a dar una respuesta concreta. “Yo no hago rankings, solo disfruto de los buenos jugadores de baloncesto. Y punto”, apunta Luka Doncic, para muchos el heredero de LeBron.
“Yo no hago rankings, solo disfruto de los buenos jugadores de baloncesto. Y punto”
Otro de los que se ha pronunciado recientemente ha sido Allen Iverson. “Odio este debate porque me encantan ambos y ambos hicieron muchísimo por el baloncesto” explica en Andscape. “LeBron es el jugador más completo que veremos jamás. Si miras el diccionario y aparece un jugador, la foto será la suya. Pero para mí es distinto, porque Mike lo fue todo para mí. Me dio la visión, me hizo querer jugar a baloncesto. Lo es todo. Quería ser como él, como el anuncio de ‘Be like Mike’, realmente era así. Cada vez que le veo me quedo anonadado, sigo poniéndome nervioso. Nadie estará por encima suyo en mi lista”, completa introduciendo el factor subjetivo inevitable en este debate.
“LeBron es el jugador más completo que veremos… pero nadie estará por encima de Jordan en mi lista”
¿Qué opinan los propios candidatos?
Shaquille O’Neal le buscó las cosquillas a LeBron el día del récord, y le sacó una declaración que también generó un notable impacto por su franqueza. “Personalmente, me elijo por encima de cualquier otro jugador que haya jugado a baloncesto. Cada persona tendrá a su favorito y decidirá quién es su favorito, pero sé lo que he aportado y lo que sumo cada noche, lo que puedo seguir haciendo sobre la pista”, comentaba el ‘6’ de L.A. “Siempre siento que soy el mejor, pero hay tantos otros grandes jugadores que simplemente estoy encantado de formar parte de su camino”, añadía.
“En cierto sentido, no quiero esa distinción porque me parece una falta de respeto hacia los que vinieron antes”, decía en una de las varias ocasiones que se le ha preguntado sobre el tema Jordan. “Nunca podrás determinar quién lo es y quién no, es un tema de marketing y para vender más. Yo nunca jugué contra Jerry West. Decir si uno es más o menos bueno es un poco injusto”, aseguraba en otra. Durante sus tiempos como jugador en activo también le machacaron. “¿Esto te sitúa por delante de los Johnsons, Birds, Chamberlains y Russells?”, le preguntaba un periodista después de uno de sus títulos. “No se puede establecer tal cosa. Cada uno de nosotros ha jugado en diferentes épocas, con distintos equipos y un nivel de éxito diferente. Comparar estas cosas es injusto para el arte y los artistas”, respondía con mucha elegancia.
“Me parece una falta de respeto. Comparar estas cosas es injusto para el arte y los artistas”
En la esfera privada, no estaba tan claro que Jordan no se viera a sí mismo como el número uno. En la celebración del equipo del 50 aniversario de la NBA, en Cleveland, 1997, algunos periodistas pudieron presenciar una acalorada discusión entre MJ y Wilt Chamberlain sobre quién era realmente el mejor de todos los tiempos. También la escuchó otro miembro de ese destacado equipo, Isiah Thomas. “La diferencia entre tú y yo es que tuvieron que cambiar las normas para que yo no dominara. Ellos cambiaron las normas para que tú pudieras dominar”, le soltó el pívot al escolta.
En otra entrevista, Chamberlain llegó a elegir a Bill Russell como el mejor, con una razón simple, pero de mucho peso. “Le sitúo por delante mío porque ayudó a su equipo a ganar mucho más de lo que hice yo”, comenta sobre la leyenda de los 11 anillos. ¿La conclusión del mito de los Celtics? “Como yo juego, mi equipo gana”.
“Personalmente, me elijo por encima de cualquier otro jugador que haya jugado a baloncesto”
Abdul-Jabbar tampoco cree en la existencia de un Dios único en el baloncesto. “Estas discusiones están bien para divertirse mientras esperas a que te sirven la pizza. La razón por la que no existe un solo ‘GOAT’ es porque cada jugador juega bajo unas circunstancias concretas. Jugamos en distintas posiciones, reglas, compañeros de equipo, entrenadores. Cada jugador debe adaptarse a las circunstancias y encontrar la manera de brillar”. Después de entregar el testigo como rey anotador a LeBron, ‘El Capitán’ sí que dejó una reflexión sobre un hecho excepcional de MJ: “Hay jugadores que dominan el juego y otros que cautivan la imaginación del mundo entero. Todo el mundo quiso ser Michael Jordan”.
La relatividad de la estadística
Con un breve análisis estadístico se puede determinar que LeBron es el gran dominador de los principales registros históricos en la NBA, aunque ello no implica gran cosa en el debate sobre el mejor de todos los tiempos. Si nos fijamos en otros números como los títulos o los MVP, el criterio cambia completamente. Depende de la muestra, de los datos escrutados, se puede vender una u otra idea.
Para ahondar en esta teoría, basta realizar alguna injusta comparación de las que hablan Barkley, Jordan o Abdul-Jabbar. El último MVP de la leyenda de los Bulls, en 1998, le cayó con 28,7 puntos, 5,8 rebotes y 3,5 asistencias por partido y un 46,5% de acierto. Este curso, Shai Gilgeous-Alexander promedia 30,8 puntos, 4,7 rebotes y 5,8 asistencias con un 50,8% de acierto. Nada de esta comparativa tiene sentido, pero de un simple vistazo queda claro lo difícil que es comparar distintas épocas y situaciones.
“Hay jugadores que dominan y otros que cautivan la imaginación del mundo entero”
A pesar de lo estadístico y de la imposibilidad de comparar, el debate continúa y las preguntas se eternizan para quienes llevan décadas en la élite de la NBA. Es el caso de Steve Kerr, compañero de Jordan y entrenador de un fenómeno como Stephen Curry en los Warriors. Sobre ello, él se moja por su excompañero en Chicago por motivos que traspasan lo numérico y lo físico. “El aspecto menos valorado de Michael era su capacidad de dominar en el plano emocional. No se lo he visto a nadie más”, decía en una entrevista con The Athletic. Otro que tal, Darvin Ham, dudó al principio, pero terminó por rendirse con LeBron. “No me importa llamarle el más grande. Su durabilidad, su longevidad, sus logros y lo que ha significado dentro y fuera de la pista. Está arriba del todo”, comentaba al mismo medio durante los festejos por el hito anotador de James.
Opiniones hay muchas más y las seguirá habiendo, ya que la pregunta no dejará de preguntarse ni mucho menos en el futuro. Hasta LeBron, a pesar de dar su visión personal más sincera, entendía la naturaleza irresoluble del debate. “Voy a dejar que el resto del mundo decida esto y lo discuta, porque es una buena discusión para el peluquero”, dijo minutos después de colocarse la corona anotadora. Y tenía y tiene toda la razón: es un asunto para la barra de bar, carne de opinión y preferencias personales. Si así lo creen los jugadores, es imposible que alguien tenga un argumento definitivo para rebatirles.