1-0: Sin Silva no hay paraíso

Sin Silva no hay paraíso. Una de las peores versiones de la Real de toda la temporada cayó con todo el equipo y ejerció de aspirina para un Valencia en cuadro depresivo que llevaba la friolera de cinco meses sin ganar.  Una victoria en los seis partidos desde la lesión del grancanario confirman, por un lado, la indiscutible dependencia del mago y, por otro, la anual caída cuando más cerca está la Real de la cabeza.  Y a pesar de todo, pese a haber sumado sólo cuatro puntos de 12 ante cuatro rivales sobre el papel asequibles como Valladolid, Espanyol, Celta y Valencia, la Real continúa tercera, aunque se ha dormido en el colchón que fabricó tras el Mundial. 

Fue una Real ineficaz e inoperante durante todo el partido.  No generó ocasiones, no pudo desarrollar su fútbol y añoró a todos esos jugadores que le han hecho grande esta temporada: Brais, Kubo, Sorloth, Merino… Decidió un autogol de Zubeldia en una jugada desgraciada, pero esta Real no funciona cuando llega el momento decisivo de la temporada.

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Lástima que la escuadra txuri urdin no tuviera siquiera un arranque de orgullo al final del partido para buscar la heroica. Tampoco el banquillo ofrecía demasiadas soluciones. Imanol se quedó incluso con un cambio por hacer.  Esta Real sólo ha ofrecido argumentos para creer esta campaña y las anteriores, pero no puede permitir que continúe esta hemorragia. Y a poner velas para que vuelva cuanto antes su chamán futbolístico, Silva. 

Un solo cambio

Imanol se decantó por la continuidad en su ‘once’ inicial pese al esperpéntico final del partido de la semana anterior ante el Celta, con una sola variante: la entrada de Mikel Merino por Asier Illarramendi. Lo más llamativo, no obstante, fue la presencia de Barrenetxea como lateral derecho, pese a haber dos específicos como Sola y Gorosabel en la convocatoria.  La Real estrenó en Mestalla su camiseta color naranja, pero no exprimió ninguna de sus virtudes, más bien fue desde el principio esa fruta insípida con sabor a nada que a veces llega a la mesa. 

El espesor marcó unos 45 minutos insulsos de una Real, que además ya se fue en desventaja al intermedio por otro desgraciado autogol, castigo por una primera mitad de caraja, de imprecisiones, poco fútbol e inexistente centro del campo.  Brais todavía no ha superado el ‘shock’ de su expulsión del Camp Nou y, de momento, Merino está a años luz del ‘mejor jugador de la Liga’ que pintó su entrenador antes de su lesión, aunque fue de menos a más. Apenas asomaron y solo Zubimendi sujetaba la bandera de la distribución con cierto criterio y muy liberado por el rival, aunque tampoco encontraba aliados para entregar el balón. Además, la pronta amarilla que vio hizo que tuviera que atemperar su agresividad a la hora de recuperar. 

En este escenario, poco a poco el Valencia se fue creciendo en torno al balón y desde una sólida defensa, para salir con puñales como Lino y Castillejo. Parecía Oyarzabal el único enchufado del ataque, aunque también se apagó pronto. El capitán ante la ausencia de Illarramendi intentó sorprender con un disparo duro casi sin ángulo desde la banda, pero se topó con un gigante Mamardashvili, que pudo despejar. Antes también lo había intentado Rico.

Autogol de Zubeldia

La noche del sábado en Mestalla se desarrollaba entre bostezos. No pasaba casi nada.  La Real manejaba bien en la iniciación, pero en la frontal erraba en todas sus decisiones. Kubo no concretaba nada de lo mucho que iniciaba y Sorloth  estaba sometido por los centrales y por un colegiado que le pitaba todo en contra. Y en este escenario llegaron una primera ocasión de Musah, que chutó alto, y esa contra letal que acabó con el 1-0, obra de Zubeldia en propia meta.

Todo comenzó con una absurda pérdida de Kubo por una mala entrega cerca del portal de un Valencia, que montó una contra fulgurante. Lino encontró fácil la espalda de un perdido Barrenetxea y su balón era medio gol. La duda de Zubeldia, el menos culpable, era la de intentar despejar con el riesgo del autogol o dejarla pasar para que rematara a placer Duro. La ‘opción A’ le explotó en la cara. 

El VAR anula el penalti

La segunda parte comenzó con Sola y con un susto del que fue protagonista involuntario el donostiarra, sustituto de Barrenetxea. En otra contra bien montada por el Valencia y mal defendida por la Real, Hugo Duro  se tiró lastimosamente ante Sola y el árbitro picó y pitó penalti. El VAR, lógicamente,  le corrigió.   

La Real se naturalizó un tanto con la vuelta al 4-4-2 y un Merino ya entonado buscando intencionados balones profundos. Le Normand estuvo cerca del gol en un córner, pero el Valencia seguía hiriendo con gravedad a la contra. Remiro salvó del 2-0 con una parada de balonmano en un chut de Castillejo, que lo intentó dos veces.

Imanol intentó agitar el avispero sacando a Carlos Fernández e Illarra por unos muy apagados Kubo y Brais. Pero, lejos de recuperar el control del partido, la Real lo volvió a perder y el Valencia acarició el segundo en un chut de Vázquez que repelió Remiro y otro de Lino, rebotado en Sola, que escupió el palo. 

Con todo perdido, la Real se lanzó a un ataque muy desordenado con el que no supo generar una sola ocasión de peligro.  Fue una Real  muy poco edificante hasta el último de los siete minutos de descuento. Alerta naranja.