Es difícil ganar sin superar al portero rival. De hecho, salvo gol en propia portería, es imposible. Y a la Real le está costando un mundo superar ya no al guardameta, sino a la zaga rival. Con los 96 minutos a cero en Roma suma ya 381 minutos reales de fútbol sin anotar, con tiempos añadido incluidos. 96 ayer, 101 ante el Cádiz, 96 en Mestalla y 88 en Anoeta ante el Celta.
En ese partido ante los vigueses fue el último tanto que celebró el conjunto donostiarra. Fue en el minuto cinco, obra de Mikel Oyarzabal, pero no valió tres puntos, puesto que Le Normand se metió en propia en el 93’.
Falta chispa
La Real está en crisis de juego y resultados, es evidente. Pero también lo está en cuanto a goles y chispa ofensiva, que van de la mano. La recuperación de gran parte de la plantilla (23 de 25 ya fueron convocados ayer) no ha significado, por ahora, un aumento de ritmo, intensidad y generación ofensiva.
De hecho, el encuentro ante el Espanyol, que acabó 2-3 tras 75 minutos realmente buenos y efectivos de la Real, fue un oasis en la realidad actual del equipo, puesto que antes ya estuvo otros tres partidos sin ver portería. Esto supone que de los últimos ocho encuentros solo se ha marcado gol en dos.
Imanol Alguacil debe recuperar la mejor versión de sus futbolistas ofensivos y para ello quizás deba reajustar cuestiones tácticas para encontrar más y mejor a Sorloth, Oyarzabal y compañía.