La adicción a la cafeína es preocupante, pues aumenta día a día el consumo de productos que la contienen, y no solamente el café.
El té, el chocolate o las bebidas como la Coca Cola tienen altos porcentajes de cafeína y esto, lógicamente, produce una adicción, logrando que algunas personas digan que no pueden “funcionar” si no la consumen.
Efectos que produce la adicción a la cafeína
Una taza de café bien cargado o una “inocente” barra de chocolate contienen altas dosis de cafeína y generalmente no somos conscientes del daño que puede ocasionar a nuestro organismo su consumo excesivo.
El consumo que supere a los 700 miligramos de cafeína por día lleva indefectiblemente a una total dependencia de esta sustancia. El cuerpo humano genera tolerancia a la cafeína asimilada y requiere cada vez más y más, provocando efectos desagradables y en algunos casos peligrosos para la salud.
La adicción al café, por ejemplo, es considerada una enfermedad por el DSM (Manual Diagnóstico y Estadístico de Trastornos Mentales) así como la intoxicación por el exceso de cafeína.
Es relativamente sencillo descubrir a las personas que tienen cierta tendencia de convertirse en adictos a la cafeína, ya que, paulatinamente, aumentan el consumo y se hace evidente su dependencia.
¿Es peligrosa la adicción a la cafeína? Sí. La adicción a la cafeína es peligrosa y puede ocasionar problemas en algunos órganos de nuestro cuerpo. Es una sustancia altamente estimulante y bebida en exceso hace que el corazón trabaje más rápido y que el sistema digestivo se altere por ingerir en exceso una sustancia irritante.
Se estima que, en un medio plazo, aquellas personas adictas a la cafeína pueden desarrollar enfermedades cardíacas crónicas, cáncer, gota, reflujo, incontinencia, daños en la piel, propensión a sufrir fracturas, altos niveles de hipertensión en gente joven e incluso problemas de fertilidad.
Las embarazadas adictas a la cafeína son más propensas a tener hijos con bajo peso al nacer y al llegar a la menopausia pueden sufrir algunos efectos secundarios graves.
Esta adicción ocasiona insomnio, ansiedad extrema, depresión, irritabilidad, problemas de concentración y hasta puede llegar a ocasionar alucinaciones.
Dejar de consumir cafeína en altos porcentajes no es una tarea sencilla. La interrupción del consumo puede presentar síntomas de abstinencia como temblores corporales involuntarios, dolor de cabeza, nerviosismo extremo y dificultades de lenguaje.
Es recomendable la consulta médica para poder establecer un proceso paulatino de desintoxicación para terminar con la perjudicial adicción a la cafeína.
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