Los rebeldes Nets delatan las debilidades del MVP Jokic y sus Nuggets

Los rebeldes Nets delatan las debilidades del MVP Jokic y sus Nuggets

Los poderes del MVP, su capacidad para manejarlo todo, son mucho más que sus debilidades, que su única debilidad, la defensa. Pero, de la misma manera que se agarran a su posición de playoffs como a la vida, se aferraron a ella los Brooklyn Nets como si de un clavo ardiendo se tratara para aguar la fiesta en casa de Nikola Jokic -35 puntos, 20 rebotes y 11 asistencias-, con una grandiosa victoria contra los Nuggets de las que marcan en una época como la actual, jugándose casi todo el mundo las habichuelas (120-122). Jokic, porque hasta cuando pierde sigue enriqueciendo la historia que está dejando en la mejor liga del mundo, igualó a Wilt Chamberlain y Elgin Baylor como los únicos jugadores con más de tres partidos con al menos 35 tantos, 20 captuuas y 10 pases de canasta. 

Si hay algo que no tolera el siempre positivo entrenador del conjunto neoyorquino, Jacque Vaughn, es “el egoísmo” y que nadie diga los “buenos días” al llegar por la mañana según dijo en una entrevista con el New York Post. El seductor y persuasivo poder de su palabra, de promover el espíritu colectivo, tuvo esta vez más fuerza que los múltiples talentos de Jokic. Por su inteligente ‘disección’ del rival, por ese don para ‘camelarse’ a cualquiera -hasta el propio Irving, aunque ya no esté-, Vaughn logró convencer a sus jugadores del ‘absurdo’ de que para defender al serbio era mejor hacerlo con ‘pequeños’ que con algún pívot en pista.

Pero hasta un ‘absurdo’, cuando se explica bien, se convierte en un ‘original’ y cobra todo el sentido. Fue con el ‘small ball’ la manera cómo Brooklyn cambió las tornas en el tercer cuarto, atrapado Jokic en un ‘enjambre’ de jugadores dominados por el deseo cómo dejaron entrever su anticipación y su intensidad, su capacidad de multiplicarse en las ayudas para evitar que el balcánico, hasta entonces haciendo lo que quería recibiendo en la pintura y el poste medio, se diera ni siquiera la vuelta. 

Y en otro lado de la cancha lo volvieron loco moviéndole de un lado para otro porque la movilidad no es lo suyo. Ni el que va camino de hacer lo que no ha sucedido desde los tiempos de Larry Bird -tres MVP consecutivos-, puede ser perfecto. Si los Nuggets casi reviven al final cuando estaban noqueados, perdiendo de 13 al principio del último cuarto, fue por obra y gracia del mejor jugador del mundo vigente, pero pesó más todo lo entregado en defensa.

A los Nets, estos Nets que sólo despertaban que compasión tras el ‘trade deadline’, apenas que fueron a parar las ‘sobras’, algo como lo que no quería nadie a cambio de hacerse con Irving y Durant. Entran en esta descripción los Spencer Dinwiddie -15 puntos y unas descomunales 16 asistencias-, Dorian Finney-Smith (15) y Cam Johnson (14). No lo querían, pero de repente se ven en un sitio en el que son mucho más valorados que los anteriores.

No entra en esta categoría Mikal Bridges -del que se supo que los Suns no querían traspasar en la operación por Durant-, y menuda adquisición hicieron los Nets, ‘descubriendo’ un tremendo anotador -líder de nuevo del equipo con 25 puntos-, de rendimiento inmediato sin perder su esencia defensiva. A saber si Phoenix no se acabará acordando de él en un futuro cercano. Aunque, quizás, sea por entonces Bridges el que no quiere volver, sin las ‘ataduras’ en Brooklyn de tener que hacerle el trabajo sucio a Chris Paul y Devin Booker.

Honrando ese espíritu colectivo cultivado por Vaughn, hasta 7 jugadores del conjunto neoyorquino firmaron dobles dígitos. Además de Bridges, Dinwiddie, Johnson y Finney-Smith, Nic Claxton (20), Royce O’Neale (11) y Seth Curry (12) en un equipo en el que todos anotaron incluidos Joe Harris con un 3/6 en triples -9 tantos-, y Nerlens Noel (1), con 33 puntos desde el banquillo. Lo que sería la definición perfecta de ‘equipo’ en el imaginario de cualquier entrenador.

Brooklyn mostró todas las maneras posibles de sacar provecho del único punto débil del MVP reinante a partir del ‘pick and roll’. De la misma manera que el serbio hace lo que quiere con cualquiera en ataque en igualdad numérica, Jokic no se puede quedar solo en un cambio de marca con jugadores como Dinwiddie en el perímetro y Denver tiene que acumular hombres en la defensa del ‘pick and roll’ para protegerle. Ante eso, los Nets anduvieron vivos para mover rápido el balón, para invertirlo hacia al lado débil cuando jugaban bloqueos directos más laterales, atacando el ‘closeout’ o hallando tiros liberados -un 38,6% en triples con un 17/44-.

Los Nuggets, pese a los diferentes tipos de ajustes hechos, acabaron ‘desnaturalizados’, renunciando Michael Malone a jugar los últimos minutos con Jamal Murray y Michael Porter Jr. pensando más en su debilidad defensiva que en lo mucho que estaban dando en ataque, devastador Murray desde el perímetro con un 5/12, aunque fallando todos los tiros de dos, con un 0/7 para acabar con 16 puntos y el peor más-menos de entre los titulares con un -13. 23 puntos aportó Michael Porter Jr. con un 9/12 en TC y 13 Aaron Gordon, con un 5/9.

Tuvo el ‘rookie’ Christian Braun unos buenos minutos en ambos lados de la pista con 7 tantos en 12 minutos y siendo el único suplente con un parcial positivo (+7), y Malone y Jokic acabaron encontrando la manera de volver a producir en ataque en el último cuarto para llegar al último minuto y medio sólo 2 abajo (119-121).

El pívot retrasó su posición para ejercer más de base y recibir en la cabecera, desde donde distribuiría y disfrutaría de más espacios para atacar el aro. Pero erró el último tiro. La duda asalta a los Nuggets mientras los rebeldes Nets post Irving-Durant, quintos ahora en el Este con 39-29, siguen negándose a aceptar su ‘destino’.




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