El Atlético de Madrid completó una primera mitad en Montilivi, en el estadio del Girona, de la que pudo salir realmente perjudicado. El equipo colchonero se salvó de una buena antes de los diez minutos de juego.
Arnau Martínez ponía el balón en el área Taty Castellanos, se producía un mal despeje y el balón le caía al argentino, que rápidamente enganchó un gran disparo que acababa en el brazo de Savic. La extremidad del montenegrino estaba completamente despegada y en una posición nada natural, de manual para pitar penalti.
La acción era reclamada por todo el Girona mientras que el técnico del cuadro catalán, Míchel recorría la banda demandando la pena máxima. Sin embargo, el colegiado del partido, Melero López, no lo daba a pesar de la claridad del asunto.
Y el porqué se debía a que Taty Castellanos estaba ligeramente adelantado en el inicio de la acción y había fuera de juego previo. Muy ajustado, pero lo había. De lo contrario habría sido un nuevo penalti en contra del Atlético.
Posteriormente, la imagen del VAR ratificaba que la impresión del asistente y del colegiado habían sido buenas…