El mundo pirata es fascinante. Marineros turbios que no se reprimieron ante el peligro y que en algunos casos marcaron el curso de la historia. Lo daban todo por su botín y también por su tripulación y en ocasiones, eran bastante crueles con aquellos a quienes apresaban pero ¿realmente los piratas hacían que la gente caminara sobre un tablón de madera?.
¿Los piratas hacían realmente que la gente caminara sobre un tablón de madera?
En la práctica, tal y como se describe en muchas obras, como en La Isla del Tesoro de Robert Louis Stevenson, el hecho de hacer que la gente caminara sobre un tablón de madera en los barcos de los piratas, se utilizaba como una forma de castigo para todos aquellos que habían cometido algún tipo de crimen contra el pirata en cuestiñón. Sin embargo, los registros históricos pintan una imagen más ambigua con respecto a las «pasarelas de tablones».
Uno de los primeros ensayos sobre piratas, publicado en 1724 por un autor desconocido que llevaba el seudónimo de «Capitán Charles Johnson», afirma que, en la época romana antigua, los piratas mediterráneos «ofrecían» su libertad a los prisioneros sosteniendo escaleras en el mar abierto y les invitaban a que las atravesaran para poder «volver a casa» nadando.
Sin embargo, no se tienen registros documentados sobre tablones que se colocaran en el borde del barco para que la persona en cuestión quedara prácticamente con el mar a sus pies . Lo que sabemos del asunto proviene de un marinero llamado George Wood que, antes de ser ejecutado en 1769, confesó haber obligado al menos a un prisionero a hacerlo. En este caso sin embargo no era un pirata, sino un marinero que se había amotinado.
Unos 50 años después, un testigo presencial informó haber visto a piratas realizar esta práctica con el capitán de un barco británico. Por lo tanto, la mayoría de los historiadores afirman que, aunque es muy poco común, esta práctica parece haber sido realmente utilizada . Por supuesto, las prácticas más utilizadas fueron sin duda otras, como el hecho de abandonar a los prisioneros en islas abandonadas o también o el «arrastre de quilla» o «giro de quilla» y que era un castigo mucho más temido que el hecho de caminar sobre una tabla si tenemos en cuenta que consistía en desnudar a la víctima, atarlo a una cuerda, arrojarlo por la borda y arrastrarlo por debajo de la longitud del barco mientras percebes afilados cortaban su piel.
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