Ludmila da Silva recibió el lunes el alta hospitalaria y ya se encuentra descansando en su domicilio, donde permanecerá unos días de reposo, después de que el viernes pasado fuera operada de la rotura del ligamento cruzado anterior de la rodilla derecha que se produjo en el partido ante el Real Madrid.
Una grave lesión que hará que la brasileña se pierda lo que resta de temporada y muy posiblemente el Mundial, aunque la atacante colchonera, fiel a su carácter, no piensa renunciar a ello. Donde no estará seguro es en los siguientos compromisos de su selección.
La Canarinha disputará el próximo 6 de abril la “Finalísima”, que enfrenta a las campeonas de América y Europa, en el estadio de Wembley, en Londres, y el día 11 del mismo mes jugará un amistoso con Alemania, en Núremberg. Sin Ludmila, algo que lamentó la seleccionadora Pia Sundhage.
La jugadores permanecerá unos días de reposo en casa y después iniciará su recuperación con los fisioterapeutas y readaptadores del club con el objetivo de poder reaparecer no antes posible.
Una baja muy sensible para el Atlético, que con la tercera plaza lejos (está a diez puntos del Levante a falta de ocho jornadas) tiene en la Copa del Rey su gran objetivo este curso para dar una alegría a su afición.