Kyrie Irving -al margen de sus ‘espantadas’ en las franquicias y particulares creencias-, se anuncia a sí mismo como un hombre de paz. El polémico base ha encontrado en el ‘pendenciero’ Dillon Brooks un nuevo ‘hater’, que le ha desafiado en los últimos días de todas las maneras, con palabras y también con gestos de burla y con una dura falta, como sucedió en el partido de anoche entre los Mavericks y los Grizzlies. Irving no había entrado hasta ahora al ‘trapo’. Pero le contestó como sólo sabría hacerlo él.
Brooks, que dijo hace unos días que no podía “esperar” para ver a Kyrie “exhausto”, le dirigió una dedicatoria especial al base y al banquillo de Dallas durante el partido por la que recibió falta técnica. Luego, le pegó un pisotón al ‘2’. El jugador de los Mavericks, como con las declaraciones, decidió no seguirle el juego al alero. Hasta que se la devolvió y bien.
Eufórico tras la remontada de Memphis gracias a un enorme Santi Aldama, Brooks se iba pegando abrazos con todo el mundo hasta que llegó el momento de saludar a Irving. El alero pretendió un intercambio de camisetas que no se acabó de completar, pues el base le hizo la ‘cobra’, dándole la suya pero no quedándose con la de Brooks.
Una manera de decirle que todavía le falta mucho para que un jugador de su categoría acepte una elástica como la suya. Sin embargo, según Irving, fue sin querer. “Vi eso después de partido. Probablemente la coja la próxima vez. No esta vez. Yo estaba pensando en lo siguiente, en el proceso”, aseguró en rueda de prensa el base, que le habría dicho a Brooks según el ‘insider’ de los Grizzlies, Drew Hill, que “siguiera jugando esa estúpida defensa”.
El ex de Cavaliers, Celtics y Nets no le había contestado porque la respuesta buena se la tenía guardada y bien guardada. Simplemente Kyrie Irving.