Jordi Roca es uno de los pasteleros más reputados de nuestro país. Forma parte de los hermanos Roca, del prestigioso restaurante Celler de Can Roca, donde sigue trabajando para ofrecer los mejores postres. Pero hace tiempo que fue abriendo sus propios negocios: los locales pasteleros de Jordi Roca.
Según la web Pasteleria.com, en 2014 consiguió el título «Best Pastry Chef» otorgado por primera vez por San Pellegrino en su ranking de los 50 Mejores del Mundo.
Locales pasteleros de Jordi Roca
Con Rocambolesc, el pequeño de los hermanos Roca dió un paso más a su carrera y tiene varios locales bajo esta marca. Hablamos de una heladera con sorpresas (helados, bombones, repostería general y creativa) que se creó en Girona en 2012 y que ha sabido trasladar a otros lugares.
Este comercio se lleva a cabo junto a la repostera Alejandra Rivas, su esposa, y ambos han sabido sacarle partido a Rocambolesc, que actualmente tiene tres sedes en España, en Barcelona, Girona y Madrid, y en Houston, Estados Unidos.
Rocambolesc Confitería es uno de sus nuevos proyectos, pues Jordi Roca lo abrió el pasado año, también junto a su mujer. Hay helados, ingeniosos toppings, golosinas y todo lo relacionado con la confitería.
Por su parte, Casa Cacao es una especia de obrador de chocolate que agrupa tanto tienda y hotel boutique. Hay distintos corners y pop-up de Casa Cacao en varios lugares, siendo algo efímero pero que encanta a todos para llegar a mayor cantidad de personas. Es importante porque en 2021 llegaron a instalar un pop-up en Hong Kong.
“Con el crecimiento de Casa Cacao y Rocambolesc, tenemos en el horizonte la idea de juntar toda la producción dulce en un espacio diáfano y mucho más pensado. No colaboramos con la industria; preferimos ser nosotros la industria pero concebida como un artesanía a gran escala”, apuntaba Jordi Roca, en una entrevista a ‘Actualidad Económica’.
Además del Celler de Can Roca, los hermanos tienen el espacio Mas Marroch, hasta entonces dedicado a la celebración de eventos, situado a las afueras de Girona, y que ofrece algunos de los platos más emblemáticos de la historia del icónico restaurante.
Mientras que también son dueños del Normal, una propuesta bien normal, desde una cocina directa, espontánea. Una cocina que recuerda de dónde vienen y que quiere reforzar el gesto intuitivo de la cocina a fuego vivo, de la cazuela a fuego lento, de los aromas de una cocina que viene de lejos en el tiempo.
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