Votantes en un colegio electoral, este domingo en Helsinki.RONI REKOMAA (AFP)
Los casi dos millones de votos anticipados han situado a los conservadores de Coalición Nacional con una ligerísima ventaja frente a los socialdemócratas al inicio del escrutinio de las elecciones parlamentarias que se han celebrado este domingo en Finlandia. Coalición Nacional suma el 20,8% de los apoyos, mientras que los socialdemócratas del SDP liderados por la primera ministra, Sanna Marin, rozan la primera posición con el 20,7%. El populista Partido de los Finlandeses arranca en el tercer puesto con el 18,6%. Tradicionalmente, el sufragio adelantado en el país nórdico beneficia a los partidos de izquierda, principalmente a los socialdemócratas, y perjudica al Partido de los Finlandeses, la formación de ultraderecha que, según los últimos sondeos, tiene claras opciones de ser el partido más votado en estos cruciales comicios.
La socialdemócrata Marin, de 37 años, pretende revalidar su cargo de primera ministra. La dirigente, que mantiene unos niveles de popularidad sin parangón en las últimas décadas en el país nórdico, ha gobernado poco más de tres años después de que su antecesor, Antti Rinne, dimitiera para evitar una moción de censura. Marin ha estado los últimos 40 meses al frente de una coalición de cinco partidos. Sus opciones de mantenerse en el cargo se redujeron hace unas semanas cuando el Partido del Centro —cuyo feudos están en zonas rurales— manifestó que no formaría parte de un nuevo Ejecutivo compuesto por las mismas cinco formaciones (socialdemócratas, centristas, Liga Verde, Alianza de la Izquierda y el Partido Popular Sueco de Finlandia). Los conservadores de Coalición Nacional y el ultraderechista Partido de los Finlandeses podrían sumar sus escaños para desbancar a Marin, aunque necesitarán el apoyo de al menos otro grupo parlamentario.
Momento decisivo
Los ajustadísimos comicios llegan en un momento decisivo para Finlandia. El país de 5,5 millones de habitantes está a las puertas de completar el giro histórico que comenzó hace casi un año, al abandonar su neutralidad y solicitar la adhesión a la OTAN, un proceso que ha entrado en la recta final tras la reciente aprobación en los parlamentos de Hungría y Turquía, y que se completará en las próximas semanas.
Más del 40% de los electores ejercieron su derecho al voto de manera anticipada en los últimos días de marzo, una cifra récord en un país que implantó esta posibilidad en 1970 para favorecer la participación. En las parlamentarias de 2019 —que el SDP ganó por la mínima—, los votos anticipados (36,5%) superaron por primera vez a los de la jornada electoral, y beneficiaron principalmente a los socialdemócratas. Los centros de votación han cerrado a las 20.00 hora local (19.00 en la España peninsular) de este domingo frío y soleado que ha transcurrido sin incidentes. De las urnas saldrán los 200 diputados que compondrán el próximo Eduskunta (Parlamento unicameral).
El último sondeo publicado el pasado jueves por la cadena pública Yle apuntaba a una pequeña ventaja de Coalición Nacional, con un 19,8%, por delante del Partido de los Finlandeses con un 19,5%. El SDP de Marin quedaría en tercer lugar, con un 18,7%. El cargo de primer ministro recae tradicionalmente en el líder del partido ganador, por lo que la primera posición resulta crucial aunque los márgenes sean mínimos.
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El SDP ha llegado a la jornada electoral con algunas opciones de liderar el próximo Gobierno finlandés gracias a la popularidad de Marin, mucho mayor que la del partido. Aun así, la mandataria, que en 2019 se convirtió en la jefa de Gobierno más joven del mundo en ese momento, levanta un profundo rechazo en parte de la sociedad finlandesa. Mientras la mayoría de los ciudadanos la consideran una líder firme que gestionó con éxito la pandemia de covid-19 y el proceso de integración en la Alianza Atlántica tras la invasión rusa de Ucrania, otros opinan que es una política sin apenas experiencia y la principal responsable del aumento de la deuda pública finlandesa en los últimos años.
Sanna Marin, este domingo al conocerse el resultado del voto anticipado, en la sede del SDP en Helsinki.Emmi Korhonen (AP)
Coalición Nacional, que ha encabezado todos los sondeos desde hace más de dos años, ha defendido durante la campaña la necesidad de llevar a cabo profundos ajustes presupuestarios, en un momento en el que el coste de la vida se ha disparado y la economía finlandesa apunta a una ligera recesión este año. El líder conservador, Petteri Orpo, ha acusado a Marin de despreocuparse de la deuda pública y de carecer de iniciativas para impulsar el crecimiento económico. Por su parte, la socialdemócrata ha declarado durante la campaña que Orpo quiere “quitar a los pobres para dar más a los ricos”.
La recta final de la campaña no ha sido positiva para Coalición Nacional, que ha visto cómo se reducía aceleradamente la enorme brecha que les distanciaba de la ultraderecha hace un año. El Partido de los Finlandeses —que ya formó durante dos años parte de una coalición de gobierno, antes de una escisión en 2017 en la que se impuso una línea más radical— ha obtenido en todas las elecciones parlamentarias desde 2011 al menos el 17,5% de los votos, pero nunca ha logrado quedar en primera posición. En los últimos meses, la formación euroescéptica y antinmigración, cuya cabeza de lista es por primera una vez mujer, Rikka Purra, ha escalado a un ritmo trepidante, con una exitosa campaña en redes sociales y al beneficiarse del encarecimiento de la energía y del coste de la vida vinculado a la guerra en Ucrania.
Marin ha descartado tajantemente cualquier opción de gobernar con los ultraderechistas, a los que ha tildado de “racistas”. Los analistas, sin embargo, no descartan la posibilidad de que los socialdemócratas sumen sus escaños a los de los conservadores, sobre todo si finalmente es el SDP quien queda en primera posición. Las negociaciones para la futura formación de gobierno se prevén arduas y probablemente se prolongarán durante semanas.
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