A pocos entendidos, que no enterados, en la materia se les escuchó el pasado martes poner en valor el partido realizado por Escocia ante España. No hubo mérito, al parecer, en el 2-0 de los pupilos de Steve Clarke. Todo fue demérito de De la Fuente y los suyos. Algo, cierto es, sí hubo en ello.
Entre los primeros que pusieron en valor el buen trabajo de los escoceses públicamente se encontraba Jagoba Arrasate, el míster de Osasuna. Entre los críticos, más allá de las virtudes del rival, muchos de los que siguen sin asumir que Luis Enrique ya es historia y otros para los que el devenir de la Roja sólo depende de la representación puntual de jugadores del Real Madrid o Barça.
Uno de los problemas de la selección española ahora, visto lo visto en Escocia, es que no hay jugadores titulares del conjunto azulgrana. Con el anterior técnico, en cambio, sucedía lo contrario. Los palos venían por la ausencia de figuras blancas.
Lo curioso del caso es que muchas de estas voces críticas no parecen percatarse de que ya ha habido algunos encuentros locales de competición oficial en los que ni en el once merengue ni en el blaugrana había futbolistas susceptibles de ser alineados en el combinado español.
De Sáez a Clemente
El bueno de Iñaki Sáez y el propio Javi Clemente saben de primera mano la presión mediática que conlleva ser el seleccionador de España. Las críticas en ocasiones trascienden más allá de lo que suceda a ras de césped. Todo empieza antes de anunciar la lista.
Lo de que el rival también juega suele ser lo de menos. Ahí está el ejemplo de Sáez en la Eurocopa de 2004. El combinado español quedó encuadrado en el mismo grupo que Dinamarca y la anfitriona Portugal, a la postre finalistas de aquel torneo, y quedó eliminado con los mismos puntos que los daneses, campeones del mismo. La de Clemente fue otra batalla, sobre todo tras prescindir de Míchel. De la Fuente, de partida, no ha contado con Sergio Ramos. La historia puede repetirse.