El Instituto Nacional Electoral flota entre las leyes vigentes y las reformas electorales impulsadas por el Gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador. El consejo general con el que inició el instituto en 2014 ha sido totalmente renovado y se enfrenta, en la incertidumbre jurídica, a dos retos principales: la realización de las elecciones en Estado de México y Coahuila, y la organización de las elecciones de 2024, las más grandes de la historia del país (y en la que se votará al próximo presidente de la República). En ese escenario, este 3 de abril tomó protesta la nueva consejera presidenta del órgano electoral, Guadalupe Taddei, cuestionada por su parentesco con personajes importantes del partido en el poder, Morena. También comenzaron su encargo los consejeros Rita Bell López, Arturo Castillo y Jorge Montaño, después de haber sido todos seleccionados a través de un sorteo, al no haber acuerdos entre los diferentes partidos políticos en la Cámara de Diputados.
En el último año, el Instituto Nacional Electoral se ha convertido en un trofeo político en México, tanto para la oposición como para el gobierno de López Obrador. El 28 de abril de 2022, el presidente envió al congreso una iniciativa para realizar cambios profundos en materia electoral, como la sustitución del INE por el Instituto Nacional de Elecciones y Consultas (INEC) pero las reformas no tuvieron futuro porque se necesitaba mayoría calificada para ser aprobada. La oposición se volcó a las calles para manifestarse en contra de la iniciativa y para presionar a los líderes del Partido Revolucionario Institucional (PRI) de no sumarse al proyecto. Lograron tumbarla y entonces vino el plan b, que contemplaba cambios a leyes general pero ya no a la Constitución. En todos estos meses, el INE ha estado en el debate partidista. También Morena salió a protestar, como mejor sabe hacer, y en respuesta la oposición regresó a protestar al Zócalo de la capital de México. Es así también como llega Taddei, tras un largo proceso de evaluación, que duró un mes y medio, y que ha sido cuestionado porque la mayoría de los integrantes del comité, quienes presentaron a los perfiles mejor calificados para las vacantes en el órgano electoral, son cercanos ideológicamente a Morena.
Mientras en la sesión de este lunes los consejeros electorales destacaron que tienen que ponerse manos a la obra para organizar las elecciones electorales de 2024, que comienza en cinco meses, expertos en materia electoral reconocen que el INE todavía no ha llegado a una normalidad, tras meses choque entre su expresidente Lorenzo Córdova, quien ha sido el principal opositor a las reformas del INE, y el presidente de México López Obrador. “Están entre dos leyes, en la incertidumbre jurídica, con un proceso sub júdice, lo cual genera mucha incertidumbre”, expresó en entrevista telefónica, María Marván Laborde, exconsejera electoral del antecesor del INE, el Instituto Federal Electoral (IFE).
La académica de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) indica que además, para que el INE permanezca como un órgano autónomo, la nueva presidenta tendrá que demostrar su independencia en el proceso de renovación de la estructura del organismo. Tras la salida de los últimos cuatro consejeros que se conservaban desde la integración original del INE en 2014, se desató una ola de renuncias al interior de la autoridad electoral, y al menos 11 de las direcciones ejecutivas, unidades técnicas y coordinaciones quedaron en manos de un encargado de despacho. Una de las primeras propuestas que debería hacer es para quien ocupe la Secretaría Ejecutiva del INE, puesto que se encarga de la dirección del desarrollo de las actividades del órgano electoral, y que desde este 4 de abril está vacante, luego de que Edmundo Jacobo anunciara su renuncia, tras semanas de críticas de parte del presidente López Obrador.
“Hay que recomponer el equipo de una manera muy rápida en una situación de incertidumbre jurídica. Para eso se necesita una gran capacidad de convencimiento de la de la consejera presidenta de que está buscando a las mejores personas y no que desde fuera estén queriéndole imponer a algunas personas. Por lo complicado y atropellado que fue el proceso de selección en donde la Cámara de Diputados no pudo llegar a un acuerdo, pues tendrá que demostrar ella, con sus actuaciones frente al Consejo, que es una persona capaz de la autonomía y de la imparcialidad, que son dos cualidades indispensables para poder ser autoridad electoral en México”, explicó Marván, quien fue consejera presidenta del IFE en dos ocasiones de manera provisional.
Las reformas a la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales aprobadas a finales de febrero contemplan cambios radicales en la estructura y funcionamiento del INE. Lo obliga a eliminar las 300 juntas distritales, recortar 262 plazas en las 32 juntas locales y disminuir recursos para capacitación. También prevé la desaparición de la Junta General Ejecutiva, la fusión de direcciones ejecutivas y unidades técnicas. En total, se ha hablado de la eliminación de alrededor de 6.000 puestos de la estructura electoral y administrativa del órgano electoral. La Secretaría Ejecutiva es uno de esos puestos que se eliminan con el plan b.
Javier Martín Reyes, investigador del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, afirma que es la realización de elecciones imparciales en México es condicional a que se tenga un marco jurídico que permita organizarlas. “Si la suspensión del ministro Laynez es modificada o anulada podría generar un verdadero caos para todos los ámbitos electorales”, aseveró en entrevista telefónica.
Por otro lado, indicó que si el plan b (como se le conoce a los cambios en materia electoral impulsados por el presidente López Obrador y aprobados por el congreso mexicano), se suspende y se invalida, el mayor reto para la nueva consejera presidenta del INE es construir credibilidad. “Ella, decisión tras decisión, tiene que legitimarse y tiene que ir construyendo su independencia y su imparcialidad a golpe de decisiones”, expuso.
En la herradura de la democracia este lunes casi no se tocó el tema del plan b, las impugnaciones presentadas contra las reformas electorales ni la decisión que tendrá que tomar la Suprema Corte de Justicia de la Nación sobre éstas. Después de tomar protesta y prometer “hacer guardar la Constitución mexicana y las leyes de que ella emanan”, los cuatro nuevos consejeros (que ocuparán ese cargo hasta el 3 de abril de 2032) y los otros siete que conforman el Consejo Electoral vislumbraron los retos para el INE a futuro.
Para la nueva presidenta, los retos son no perder el diálogo con las fuerzas políticas y fortalecer la colegialidad de las decisiones del consejo. “Todos los asumo. Seremos capaces de ir caminando en ellos. Tengan claro aquí se va a respetar el derecho de cada fuerza política pero también las fuerzas políticas habrán de respetar los acuerdos que en lo técnico vayamos tomando. La excelencia en la técnica electoral ha sido siempre el respaldo de este instituto”, manifestó Taddei, al cerrar con su discurso la primera sesión del nuevo INE.
También planteó que los consejeros reflexionen y analicen el costo de la democracia. Lo cual, aseguró, es un clamor desde la sociedad. “Abaratar sin perder la calidad de los procesos electorales”, señaló.
Los consejeros electorales que ya tienen más años en el salón del consejo aseguraron, por su parte, que son retos los dos procesos electorales que ya están en marcha, del Estado de México y de Coahuila, así como el proceso electoral de 2024. La consejera Carla Humphrey, quien intentó contender para la presidencia del INE, dio la bienvenida a Taddei recordándole que se debe de aprobar en los próximos meses el proyecto de presupuesto para las elecciones del próximo año y destacó también que tiene en sus manos más de una docena de nombramientos que debe proponer para recomponer la Junta General Ejecutiva, tras las renuncias masivas al interior del INE. “Les deseo toda suerte”, expresó.
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