SAN DIEGO, California – En medio de la crisis por el consumo del fentanilo, que ha cobrado las vidas de por lo menos 100,000 personas en Estados Unidos, aumenta la polémica entre México y Estados Unidos por una retórica intervencionista por parte de algunos sectores del ala derecha en Washington.
De esa forma, llega también otro golpe al gobierno del presidente mexicano Andrés Manuel Lopez Obrador.
La revista Politico publicó esta semana el reportaje “El Partido Republicano abraza una nueva política exterior: bombardear a México para frenar el fentanilo”. En el artículo se asevera que un número creciente de republicanos prominentes se está entusiasmando con la idea que, para resolver la crisis de fentanilo, Estados Unidos tiene que “bombardear a México”.
Cuando Donald Trump era presidente, pidió a su Secretario de Defensa que considerara la idea de un ataque con misiles contra los cárteles en México, y revivió la idea en enero pasado. “Los cárteles de droga están librando una guerra contra Estados Unidos y ahora es tiempo de que Estados Unidos libre una guerra sobre los cárteles… cuando sea presidente, será la política de Estados Unidos desmantelar a los cárteles, igual que desmantelamos al Estado Islámico”, dijo el exmandatario.
Por su parte, el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, no se ha quedado callado al respecto. Hace un mes, el senador Lindsey Graham, fiel aliado de Trump, comenzó con las amenazas de una posible intervención militar porque, supuestamente, México perdió el control ante la presencia del crimen organizado, en algunas partes de su territorio.
López Obrador respondió acusando a Estados Unidos de mantener una doble moral y dijo que ese país es responsable de su propia crisis de fentanilo.
En una conferencia de prensa realizada el pasado 30 de marzo, dijo: “¿Los que distribuyen el fentanilo en Estados Unidos, son mexicanos o estadounidenses? ¿Se les persigue a los que distribuyen el fentanilo en Estados Unidos y se les castiga?”.
López Obrador además respondió sobre esta actitud intervencionista: “A México se le respeta. No somos una colonia de Estados Unidos”. Y como colofón a la discusión, envió una carta al gobierno de China para que ayude a combatir el tráfico de fentanilo, a lo cual ese país, a través de su Ministerio de Asuntos Exteriores, se deslindó de toda responsabilidad y dejó por sentado que “Estados Unidos debe afrontar sus propios problemas”.
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