Bob Myers se enteró el martes por la noche de la suspensión de un partido para Draymond Green, impuesta por la NBA después de su feo y peligroso pisotón sobre Domantas Sabonis en el segundo partido de la eliminatoria de primera ronda de playoffs entre los Sacramento Kings y los Golden State Warriors. Aunque en una primera instancia les sorprendió, los distintos estamentos de la franquicia pronto decidieron que lo mejor era acatar la decisión de la liga y digerir la situación para encarar con la mente clara el tercer y decisivo encuentro de la eliminatoria en San Francisco, con el equipo 2-0 abajo y contra las cuerdas.
“Ya hemos pasado por esto. Cuando se toman estas decisiones, no hay corte de apelación. Se acabó. Puedes reaccionar como quieras, pero no cambia el hecho de que no va a jugar y que tenemos partido mañana… da igual lo que pienso”, explicó el General Manager de la franquicia en una rueda de prensa con los medios. “Ganar es un negocio sucio, si somos honestos. Siempre estás al límite, y hay mucha tensión. Sin duda, se ha pasado de la raya, pero ha sido castigado por ello. Draymond no es perfecto”, reconocía Myers, tremendamente honesto.
Steve Kerr tampoco escondió su disgusto, pero recordó que sin Green los Warriors no hubieran ganado ningún campeonato. “Lo he dicho muchas veces, pero sin Draymond Green no tendríamos ningún título”, reivindicó antes de atizar a su jugador. “Esto es algo que está fuera de nuestro control, Draymond es increíblemente apasionado y competitivo. Se ha pasado de la raya a lo largo de los años, pero es parte del juego. Estamos con él”, añadió el entrenador.
La NBA también manda un recado a Draymond Green
Joe Dumars, vicepresidente ejecutivo de la NBA y responsable de las operaciones de baloncesto, aseguró a la ESPN que “las acciones excesivas y exageradas” de Draymond Green sobre la pista durante el incidente y posteriormente en la sala de prensa fueron instrumentales en la decisión final de suspenderle por un partido.
Es la segunda ocasión en que el bullicioso y polémico ala-pívot es suspendido durante unos playoffs. La primera instancia ocurrió en las Finales de la NBA de 2016, cuando acumuló demasiadas faltas flagrantes y pasó el límite establecido por la liga tras golpear a LeBron James en la entrepierna en el cuarto partido de la eliminatoria, un golpe bajo que ya le dio a Steven Adams en una eliminatoria anterior contra los Oklahoma City Thunder.
“Sus errores son públicos para todo el mundo. Cada vez que se ha equivocado, mi esperanza es que aprenda de ello. Ha sido castigado, así que para quienes pregunten: ‘¿Cuándo piensa parar?’ Supongo que esta gente piensa que esto es positivo”, apuntó Myers. El inicio de curso para los vigentes campeones empezó con un terremoto provocado por Green. El interior propinó un puñetazo a su compañero Jordan Poole durante un entrenamiento en San Francisco y fue apartado del grupo poco más de una semana. La franquicia no decidió suspenderle pero si le aplicó una notable sanción económica jamás detallada.
En el pasado, Green ya se las tuvo con otros compañeros. En 2018, los Warriors sí suspendieron al jugador por un encontronazo con Kevin Durant y por tener una “conducta perjudicial para el equipo”. Al ala-pívot, de 32 años, se le termina el contrato este verano y cada vez está más en duda si va a continuar con la franquicia. Él, además, piensa que debería cobrar una buena millonada a pesar de sus numerosos incidentes. “Él no se esconde, él te dice que ha cometido errores. Sé que en el fondo tiene buen corazón, pero esto no significa que se salve de equivocarse”, concluía Myers sobre un tema que probablemente seguirá dando que hablar en el futuro.