Estos días se han viralizado las declaraciones de Giannis Antetokounmpo tras la eliminación de los Milwaukee Bucks a manos de los Miami Heat en la primera ronda de los playoffs de la NBA. “En el deporte no existe el fracaso, hay días buenos y malos”, aseguró el astro griego, todavía con el calentón de la derrota en el cuerpo. Era una respuesta visceral a una pregunta directa de Eric Nehm, periodista de The Athletic: “¿Ves esta temporada como un fracaso?”
La reacción y respuesta de Giannis ha dado la vuelta al mundo y ha agitado un debate difícil en las polarizadas redes sociales. Desde un punto de vista semántico, el uso de la palabra fracaso no debería resultar tan ofensivo. Según la RAE, en su primera acepción, equivale a presenta un hecho como “malogro, resultado adverso de una empresa o negocio”. Decir esto de la derrota del gran favorito para el campeonato de la NBA en 2023 no parece descabellado. Y más después de caer como primer clasificado de la Conferencia Este ante el octavo de la tabla en la primera eliminatoria por el título, un hecho que solo ha ocurrido cinco veces en el pasado.
Hay una cuestión más elemental todavía. ¿Si no existe el fracaso, puede existir el éxito? El término fracaso es duro, y más en el fragor de una derrota tan significativa como la del otro día. Es, sin duda, una decepción si se quieren rebajar los términos. Milwaukee contaba con siete campeones de 2021 en la plantilla. De ese grupo que logró el primer título en medio siglo para la franquicia de Wisconsin solo faltaba PJ Tucker, que marchó hace dos temporadas. Al bloque de campeonato se han añadido piezas importantes como Grayson Allen, Wesley Matthews, Joe Ingles o Jae Crowder.
En este arranque de fase final, la mayoría de analistas les situaban como favoritos al anillo después de ganar 58 partidos y perder 24 en temporada regular, el mejor registro en toda la NBA. La lesión en la espalda de Anteto, que jugó tan 11 minutos en los tres primeros partidos animó a unos Heat que luego supieron imponerse también con el griego en cancha. Solo necesitaron cinco partidos y eso que llegaban más fatigados y con más dudas tras pasar apuros en el play-in.
Tras caer en las Finales de la NBA de 2008 contra los Boston Celtics, a Kobe Bryant le preguntaron algo similar (aunque menos directo) en la sala de prensa. El astro de Los Angeles Lakers no dudó al definir el resultado: “El objetivo era ganar el campeonato, y en este aspecto hemos fracasado”. En Milwaukee, el balance debería ir por la misma línea, guste o no el uso del término fracaso. Se puede hablar de revés, decepción, fallo… todos ellos antónimos al éxito y triunfo que sí vivió el equipo en 2021. No hay discusión posible.
El mensaje de Antetokounmpo es, a pesar de todo, importante. Añade una capa más humana a la mera cobertura deportiva. Evidentemente, su trayectoria e historia son un éxito rotundo. De vender discos piratas en las calles de Atenas a ser uno de los mejores jugadores de baloncesto del planeta, un ejemplo absoluto de buen hacer y comportamiento dentro y fuera de la cancha. Incluso dentro de su enfado, lógico dadas las circunstancias, supo navegar la situación con la ejemplaridad que requiere su estatura. “¿Tú consigues una promoción cada año? No. Trabajas por un objetivo, ya sea una promoción, poder cuidar de tu familia, proveer la casa o cuidar de tus padres. Y no es un fracaso, sino pasos hacia el éxito. A ver, no quiero convertir esto en algo personal. Siempre hay pasos hacia el éxito. Michael Jordan jugó 15 años y ganó seis anillos. ¿Los otros nueve fueron un fracaso?”.
Se entiende su punto de vista, siempre hay que darle una vuelta positiva a los acontecimientos, o al menos es lo que él predica. Eso no quita que debamos definir la eliminación de los Bucks como un fracaso, porque no hay término más adecuado para ello.