El Atlético de Madrid regresa a Valladolid dos años después de proclamarse campeón de Liga en esa ciudad, en un día recordado por todos los colchoneros, por el título en sí, pero sobre todo por cómo se produjo.
Porque dentro del campo, el equipo rojiblanco sufrió para dar la vuelta al marcador y ganar el partido con los goles de Correa y su puntín y el 1-2 definitivo de Luis Suárez. Pero en los aledaños del estadio se jugó otro encuentro. Y multitudinario.
En el parking de Zorrilla se reunieron miles de atléticos (5.000 se calculó), en su mayoría desplazados desde Madrid y en plena pandemia para animar al equipo desde fuera. Los jugadores reconocieron después que notaron desde el césped el apoyo, tal y como ocurriría una semana antes en el aparcamiento del Metropolitano en el duelo frente a Osasuna.
Por aquel entonces, no se permitía público en las gradas, una medida más por la pandemia del coronavirus. Pese a ello, los seguidores rojiblancos no quisieron dejar solo al equipo.
Al término del choque, y con LaLiga en el bolsillo, muchos jugadores rompieron el protocolo para agradecer el apoyo a los hinchas y celebrar el campeonato con ellos, dejando imágenes que ya han pasado a la historia. Dos años después, vuelve el Atlético a Zorrilla. Y también sus aficionados, aunque en esta ocasión animarán desde las gradas y no desde el aparcamiento.