Un fallo en los cables de la luz provocó el incendio de Paradise en el que murieron 85 personas

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Fue una chispa en un poste de la luz. Una ciudad entera desapareció. La agencia antiincendios de California, CalFire, publicó este miércoles las conclusiones de la investigación oficial sobre el incendio de Paradise el pasado mes de noviembre y confirmó las sospechas iniciales de los bomberos y los vecinos: el origen del horror está en las infraestructuras de Pacific Gas&Electric, la compañía de la luz. Murieron 85 personas. PG&E ya se enfrenta a cientos de demandas por su responsabilidad en otros incendios mortíferos.
Sobre las 6:30 de la mañana del 8 de noviembre pasado, un fallo en un poste de la luz de PG&E inició un pequeño fuego en un lugar de difícil acceso para los bomberos llamado Pulga, una pedanía en la afueras de Paradise, una ciudad de 26.000 habitantes al norte de Sacramento. La ciudad está básicamente construida dentro de un bosque y era un lugar ideal de retiro y de vacaciones. Unas condiciones extremas de sequedad y viento hicieron que el fuego viajara a toda velocidad. En una hora se había desplazado 14 kilómetros y estaba dentro de Paradise. En cinco horas, el 80% de la ciudad, en su mayoría bungalós de madera, había desaparecido calcinada bajo un fuego de una intensidad que los bomberos más experimentados no habían visto nunca.

En esas primeras horas de la mañana, miles de personas huyeron de la ciudad como pudieron. A muchos les pilló durmiendo. La lista de desaparecidos llegó a superar los mil nombres. Durante semanas, los equipos forenses buscaron restos humanos bajo las casas calcinadas hasta que la cifra final de víctimas llegó a 85. Miles de personas perdieron todo lo que tenían y aún hoy se encuentran sin hogar en los alrededores. Se perdieron 19.000 estructuras, la mayoría casas.
Tras la conclusión final de los investigadores, la fiscalía del condado de Butte, donde se encuentra Paradise, debe decidir si presenta cargos penales contra la empresa.
Pacific Gas&Electric es la mayor compañía de servicios públicos de Estados Unidos y provee electricidad a 5,5 millones de clientes en el norte de California. El pasado enero, se declaró en bancarrota tras informar de que, si prosperaban las demandas contra ella por su responsabilidad en los incendios, se enfrentaba a más de 30.000 millones de dólares en indemnizaciones. La quiebra de PG&E es la sexta más grande de la historia. La compañía valora sus activos en 71.000 millones de dólares y tiene una deuda de 51.000 millones.
La presión sobre la compañía comenzó a partir de que se investigara su responsabilidad en los incendios de 2017 en los condados de Napa y Sonoma, al norte de San Francisco. La agencia oficial eximió de responsabilidad a PG&E en el incendio que a finales de ese año arrasó la localidad de Santa Rosa y dejó 22 muertos. Pero para entonces ya era evidente que las infraestructuras eléctricas viejas y al aire libre eran un factor de riesgo importante que explicaba muchos de los incendios que arrasan California, donde en los últimos dos años se han dado unas condiciones climáticas extraordinarias que hacen que una chispa pueda ser fatal.
Este año, la empresa se ha comprometido a mejorar sus sistemas de seguridad, por ejemplo poniendo cámaras que puedan detectar el riesgo de incendio. También ha prometido que cortará la corriente cuando haya condiciones ambientales de riesgo. La oficina del gobernador de California está presionando a PG&E para que acometa cambios estructurales cuanto antes.


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