Parecía una hinchada celebrando un triunfo deportivo. Un grupo de mitómanos esperando a su ídolo. En la embajada de Venezuela en Washington, después de 37 días ocupada por chavistas, los simpatizantes de Juan Guaidó por fin celebraban. Este jueves la policía sacó de la sede diplomática y se llevó detenidos a los últimos cuatro activistas estadounidenses pro Nicolás Maduro que quedaban dentro. Carlos Vecchio, embajador venezolano en Estados Unidos designado por Guaidó, reconocido como presidente por una cincuentena de países, anunció por la tarde que su equipo tomó el control del edificio. “Luego de 20 años de opresión, hemos logrado convertir esta embajada en un símbolo de libertad”, dijo entre gritos de apoyo y otros de rechazo, provinientes de los miembros de Code Pink, el movimiento que lideró la ocupación.
A primera hora de la mañana, agentes especiales del Servicio de Seguridad Diplomática del Departamento de Estado y del Servicio Secreto irrumpieron por la puerta trasera de la embajada y se llevaron detenidos a los cuatro activistas que permanecían dentro para “proteger” el edificio “del gobierno falso de Guaidó”. “El Gobierno de Venezuela se reserva y evalúa respuestas en el marco del derecho internacional, amparadas en el reconocido principio de reciprocidad”, tuiteó el canciller venezolano del régimen de Maduro, Jorge Arreaza. Pero Vecchio insiste, sin entrar en detalles, en que actuaron acorde a la legalidad. “Desde primer día de gestión seguimos absolutamente todos los pasos en estricto apego y cumplimiento de leyes locales y acuerdos internacionales, especialmente Convención de Viena, para asegurar el resultado”, publicó en Twitter.
El equipo de Guaidó, que en marzo tomó el control de tres sedes diplomáticas venezolanas, agregó este jueves la embajada, la residencia del embajador y la residencia del embajador de la Organización de los Estados Americanos (OEA). Todos los edificios diplomáticos que tiene Caracas en Estados Unidos. Vecchio dijo a sus compatriotas congregados este jueves que las fuerzas de seguridad continúan revisando la embajada, pero que una vez que esté todo en orden van a hacer uso de ella, aunque no pudo especificar cuándo. Sí detalló que la convertirán en un centro de recolección de ayuda humanitaria para los más afectados por la crisis en que la está sumergido el país caribeño. “No más extranjeros. ¡Más venezolanos!”, exclamó, mientras los activistas de Code Pink gritaban “¡Chávez vive!”.
Tras el desalojo, Maduro ordenó refrozar la vigilancia de la embajada de EE UU en Caracas, porque “Venezuela sí cumple con el derecho internacional”, anunció por televisión. “He mandado a reforzar la vigilancia y la protección policial y legal sobre el edificio de lo que fue la embajada de Estados Unidos, que le pertenece al gobierno de los Estados Unidos”. “Esta acción de EE UU, sumada a las sanciones, a la suspensión de los vuelos, al reconocimiento de Guaidó, es una provocación a Maduro, lo que nos puede llevar a la guerra”, afirmó desde Nueva York Madea Benjamin, directora de Code Pink.
El propio Guaidó también se refirió a la desocupación: “Gracias a nuestra diáspora por ejercer soberanía y recuperar nuestra Embajada en Washington y a Matthew Burwick por ser vanguardia. Estaremos en todos los planos de lucha por la democracia”, ha tuiteado. Burwick es un ingeniero venezolano de 51 años que llegó desde Carolina del Norte hace 37 días para “hacer guardia” fuera del recinto. Fue el primero en llegar y se ha convertido en el símbolo de los simpatizantes de Guaidó. Le siguieron varios y llegó a haber decenas de tiendas de campañas montadas por venezolanos alrededor del edificio. Este lunes los agentes de seguridad los obligaron a despejar el perímetro. Era el comienzo del triunfo de los antichavistas.
Los agentes federales notificaron este lunes a los ocupantes que debían desalojar inmediatamente la sede diplomática o serían procesados judicialmente. Tres de los siete activistas que quedaban abandonaron el edificio voluntariamente, pero el grupo restante decidió continuar con la ocupación y este jueves han sido arrestados. Desde hace una semana que el autodenominado Colectivo de Protección de la Embajada no contaba con electricidad en el edificio, y los simpatizantes del líder opositor venezolano bloqueaban el ingreso de la comida. Sin embargo, este miércoles el reverendo Jesse Jackson, veterano activista, visitó el recinto y logró pasarles cuatro bolsas con alimentos agua y suministros a los ocupantes.
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